Banners
Banners
altoromexico.com

Especial: La muerte de un torero...

Lunes, 19 May 2014    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif | Foto: JRN   
En homenaje a Eduardo del Villar
Con un nudo en la garganta nos dejó la noticia del fallecimiento del forcado Eduardo del Villar, herido mortalmente ayer en la localidad campechana de Seybaplaya al ejecutar la pega, tragedia que nos lleva a reflexionar en varios aspectos sobre lo que significa ponerse delante de una res brava.

Y aunque es una noticia triste e impactante, Eduardo tuvo el privilegio de morir haciendo lo que más amaba, el honor de entregar su vida en aras de una actividad taurina y hacerlo con gloria y majestad, como lo relató el rejoneador Emiliano Gamero en la entrevista que le hicimos ayer por la noche.

Aquí nunca mejor dicho... perdió su vida por amor al arte, pues recordemos que los grupos de forcados no cobran, sino que llevan a cabo esta actividad impulsados por la pasión y la unión, lejos de motivos económicos y muy cerca del corazón.

La muerte de Eduardo nos recuerda una verdad que muchas veces olvidamos... que todos los toreros se juegan realmente la vida en el ruedo, y que la Fiesta es algo muy serio. Los que se ponen delante sí colocan en riesgo su existencia al servicio del arte y de la emoción, y se la juegan.

En ocasiones se juzga muy duramente a los toreros y muy a la ligera -sobre todo en esta época de la comunicación digital y las redes sociales-, cuando en realidad consideramos que todo juicio de valor debe tener por base esta verdad ineludible, el hecho mismo que los toreros arriesgan su vida y se la juegan tanto ante un toro de 600 kilos como en un tentadero a puerta cerrada, lo que debe llevarnos a ser equilibrados y, sobre todo, a valorar más la actividad taurina.

Ayer nos preguntaba una amiga cómo esto fue posible, si el toro estaba despuntado para rejones. Pues una prueba más que los toros siempre tienen peligro... y siempre están en posibilidad de quitarte la vida. Y esto no debemos olvidarlo nunca, porque precisamente aquí radica la grandeza de la Fiesta.

El toreo es grandeza porque el torero está en riesgo de perder la vida, porque en su acto como artista... ofrece lo más preciado que puede brindar. En alguna ocasión le escuchamos decir al maestro David Silveti que entregar su vida es el acto más generoso que, en aras de su obra, un artista puede realizar. Y es verdad, porque ningún otro tipo de artista pone en juego su vida en el momento de crear.

Esta tragedia nos lleva a reflexionar sobre los servicios médicos en las plazas. No estuvimos ahí y desconocemos la situación de los médicos y ambulancia en Seybaplaya -y que tanto influyó-, y por lo tanto sería irresponsable verter un juicio, pero sí podemos comentar -independientemente de cómo haya estado la situación médica ayer- que es vital contar con servicio de primera línea en todas las plazas del país, y así debería de entenderse verdaderamente. Que este suceso nos haga entrar en conciencia de esta importantísima cuestión.

Eduardo del Villar se fue... pero nos deja legado y un claro ejemplo de amor y pasión por todo lo que hizo en esta vida. Murió, y murió con gloria, como dice una añeja sentencia taurina: "No hay mayor gloria para un torero, que morir en la plaza". Descansa en paz, Eduardo.


Noticias Relacionadas







Comparte la noticia