El fin de semana pasado la ganadería de Rancho Seco reivindicó al campo bravo mexicano, al enviar a la Plaza México un encierro que mostró bravura y, sobre todo, permitió el triunfo de los toreros en el ruedo porque hubo emoción en todo momento.
Y su ganadero, don Sergio Hernández González es, el día de hoy, uno de los hombres más contentos del planeta taurino pues arrancó de esta manera, con un triunfo, los festejos del centenario de una ganadería por la que ya han pasado seis generaciones.
"Estoy muy contento del juego de los toros. Anticipadamente había dicho: cuando vayan a ver una corrida de Rancho Seco tengan la certeza de que va a haber emoción y los toros van a emocionar, porque yo le tengo mucha confianza a la bravura. Para mí la bravura es esencial", dijo en una amena charla telefónica este miércoles por la tarde.
De la corrida en cuestión cabe destacar que fueron bien presentados, parejos en hechuras, bravos y nobles en general, destacando el primero por bravo, el tercero por su nobleza, premiado con arrastre lento, y el cuarto por su calidad, también premiado con arrastre lento. Y salvo el segundo, que lidió Juan Luis Silis, y que acabó en tablas, deslucido, el resto tuvieron distintos matices interesantes que mantuvieron el interés del público en todo momento.
¿Por qué las figuras no matan Rancho Seco?
"Me preguntan ¿por qué las figuras no torean Rancho Seco?, ¡Ellos se lo pierden, que les pregunten a las figuras! Nosotros ganamos mucho y te voy a decir por qué, porque se catapultan estos muchachos hacia mejores caminos. Por lo pronto, Diego Sánchez torea el domingo la corrida de Barralva. Eso es catapultar a los toreros, es lo que estamos ganando y nos satisface mucho, agregó el ganadero.
Como se sabe, Sergio Hernández fue uno de los primeros ganaderos en refrescar el ganado de Tlaxcala con sangre de la ganadería de Javier Garfias, en tiempos en que refrescar con sangre de San Mateo-Llaguno no era bien visto entre sus parientes tlaxcaltecas, también de rancio abolengo y celosos de su encaste.
"El ganado de Saltillo vino primero a Tlaxcala y después a Zacatecas con San Mateo, en aquellas tierras, y Piedras Negras aquí con nosotros. Para mí fue muy importante el refresco de la sangre con lo de Garfias porque sobre todo la ganadería de Javier tenía para mí muchísimas virtudes y cuando yo tomé la decisión, muchos ganaderos tlaxcaltecas se molestaron porque yo no me mantenía fiel".
El primer refresco con la sangre de Garfias
Cuenta que tras el fallecimiento de su tío Wiliulfo González, hermano de su mamá, la ganadería tlaxcalteca se descuidó y se repartió, motivando que todas las ganaderías se quedaron con su mismo simiente y por lo tanto se consanguinó demasiado y no hubo un refresco de sangre, siendo esto el motivo por el que él decidió refrescar con lo de Garfias, al principio, para ver si con ello daba un nuevo impulso a la genética de Rancho Seco.
"Vengativo" y "Pardito" fueron los sementales provenientes del hierro del ganadero potosino, que llegaron con una punta de vacas de la familia de las "Vengativas", "Cominitas" y "Parditas". Después hemos agregado de ese mismo encaste Saltillo-San Mateo, ganado por ejemplo de Montecristo que también nos ha dado muy buen resultado", señaló.
Tiempo después, en 1997, al abrirse la frontera para la importación de ganado español, don Sergio Hernández González decidió evocar lo que hizo el padre y, con el apoyo de sus hijos, trajo sangre de Murube y Santa Coloma para combinarla con la existente.
"En lo que toca a Santa Coloma, esa importación la hicimos con otros ganaderos, el ya fallecido y gran amigo Pepe Chafik Handam, Eduardo Martinez Urquidi, de Los Encinos, y también Arturo Jiménez Mangas, de la ganadería de San José. De lo de Murube le hemos vendido sementales a Zacatepec y le ha dado un empujón muy fuerte a esa ganadería. El ganado de Murube está principalmente dedicado para toros de rejoneo y el Santa Coloma, que está cruzado con el Saltillo de Rancho Seco, que proviene de Garfias o lo de Tlaxcala, también nos ha dado magnifico resultado".
Por ejemplo, en la corrida del sábado pasado, el tercer toro que le correspondió a Gerardo Adame, era un ejemplar de sangre de Santa Coloma con el Saltillo, en este caso el Saltillo de Garfias, y tuvo una gran nobleza y su fondo de bravura.
Un encaste propio
"Lo que sí puedo decir es que Rancho Seco ya es un encaste que nosotros ya no le buscamos cuál con cuál. Nuestro encaste es personal, o sea, esta es la ganadería de Rancho Seco, una ganadería con personalidad propia, porque nosotros buscamos la bravura, ante todo, y ya son muchos años seleccionando con el mismo criterio, ese que nos ha llevado hasta aquí.
El toro tiene que emocionar al público. La Fiesta Brava es un espectáculo y nuestra obligación es que el público esté contento y lo estamos logrando; que la gente, cuando salga de las plazas, salga contenta de haber recibido emociones. Es el propósito y nos está dando resultado", afirmó.
En los meses siguientes el centenario hierro seguirá dando de qué hablar, pues en el campo están tres encierros listos para ser lidiados.
"En este momento no estoy autorizado a dar mayor información, pero tengo varios compromisos que voy a cumplir y espero que tengamos igual de éxito que el sábado pasado en la Plaza México. Será un gran año para nuestra ganadería y eso a mí me llena de orgullo y satisfacción", finalizó.