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La actuación de Macías ante la prensa española

Lunes, 17 Oct 2016    Ciudad de México    Redacción | Foto: Archivo   
Distintas valoraciones acerca de su paso por Las Ventas
En la siguiente información se agrupa la opinión de varios de los periodistas que cubren la fuente taurina en los medios de comunicación más importantes de España, y donde reflejan su opinión acerca de la actuación de Arturo Macías ayer en Las Ventas de Madrid.

Patricia Navarro (La Razón):

Llegado de México Arturo Macías se hizo con el segundo, que bajaba lo suyo en presentación. Tuvo una cosa muy buena el toro y es que tomó el engaño siempre por abajo, sobre todo al natural por donde la arrancada era larga y profunda; repetía a derechas pero con el inconveniente de reponer y ahí se le vuelven complicadas las cosas. Un espadazo metió, pero en verdad hacía tiempo que el público se había posicionado a favor del toro, a pesar de la voluntad del mexicano que no acabó de encontrar el hilo de conexión. Menos claro y sin ese ritmo fue el quinto, con el que lo intentó el mexicano. El izquierdo el mejor pitón y los mejores muletazos de una faena que se diluyó poco a poco sin grandes alegrías.

Javier López
(Agencia EFE):

Y al mexicano Arturo Macías, que volvía a Madrid después de seis años, le vino grande la apuesta de los palhas. A su primero lo masacraron en varas, pero así y todo respondió el animal con codicia y bravura en la muleta de un torero muy dispuesto, aunque nunca llegara a acoplarse con él. Le faltó sitio y, sobre todo, templar y hacerse con las encastadas acometidas del astado, que, al final, ganó la batalla. El quinto fue un toro mansurrón y muy desabrido por falta de fijeza, clase y humillación. Macías volvió a poner mucho empeño en otra labor prácticamente vacía en lo artístico. 

Gonzalo I. Bienvenida (El Mundo):

El serio segundo se destapó en el caballo contestando con fuerza a los duros puyazos de Juan Francisco Peña. Un fino quite de Aguilar terminó de desvelar su condición. Humillando y con transmisión llegó a la muleta de Arturo Macías que en los primeros compases le cogió bien el aire. El inicio tuvo torería y limpieza, a continuación comenzaron a sucederse los tropiezos como fruto de los cabezazos del cambiante toro de Palha. La gente se puso de parte del toro y Macías fue perdiendo gas afectado por las inoportunas interrupciones. Ni la buena estocada sirvió de tapabocas. El toro fue aplaudido en el arrastre y el mexicano silenciado. El otro toro de su lote no se terminó de emplear. La parroquia no echó demasiada cuenta al Macías que con la rectitud de embestidas no pudo hacer más.

Aleyda Baz (Aplausos.es)

Otro excesivo castigo en el caballo recibió el segundo, otro toro encastado de Palha que fue despedido con una sonora ovación. A éste, Arturo Macías le dejó unas chicuelinas que se sumaban a las gaoneras del quite en el otro toro. En la muleta, logró tandas firmes y de calidad. Pero sólo las dos primeras por el derecho. Luego, imperó la casta y el querer embestir cada vez más seguido. Por eso, para ligar, el mexicano modificó su colocación y dejó de cargar la suerte, algo que fue recriminado por el respetable. También destacó alguno por el izquierdo pero sin continuidad. La estocada, entera y caída. Y, como el anterior, el toro de resistió a la muerte hasta el último segundo. El quinto pedía firmeza, pocas dudas, mucho mando y mano baja. Y, sin ser un toro de triunfo, (porque cuando se veía podido levantaba la cara), aplicando esa mezcla, igual hubiéramos visto algo más. Lo intentó Macías pero se le criticó de nuevo la falta de colocación y el retrasar la pierna. Eso, al principio. Luego, que es peor, no se le prestó siquiera atención a eso. Actitud intachable del mexicano, que dejó buenos lances pero quedó en eso. No estuvo acertado con los aceros".

Rosario Pérez (ABC):

El toro más bravo del desigual conjunto de Palha fue el segundo, bautizado como "Saltillo I". Un estrechito y gran ejemplar, en línea y casta Ibán. Muy castigado en su notable pelea en el caballo, se comió luego la muleta del mexicano Arturo Macías, dispuesto y con algunas series con su aquel, pero desbordado a veces y al que se midió con dureza.


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