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Anecdotario de Giraldés: Pepe Dominguín

Viernes, 29 Abr 2016    Tijuana, B.C.    Giraldés | Opinión | Foto: Saccustauri.blog   
Luis Miguel, Prieto de la Cal y Pepe Dominguín
José González Lucas, conocido como "Pepe Dominguín" en los carteles de toros, fue un torero con muy buen oficio; torero de cantidad y fuerza. Destacaba en el segundo tercio de la lidia por darles muchas ventajas a los toros; salía de la reunión muy comprometido y emocionaba mucho en el encuentro.

Recibió la alternativa en Madrid, el 15 de mayo de 1944, de manos de Antonio Bienvenida. En esa corrida le correspondieron a Pepe dos toros manejables y no logró estar a la altura. Muchos taurinos consideraron que después de dejar pasar esa oportunidad no lograría salir del montón.

Al empezar la temporada de 1945, sin tener ninguna corrida firmada en España, se contrató con la empresa que manejaba la plaza portuguesa de Alges, un coso de muy poca importancia. En esas condiciones,  ¡sin contratos!, era necesario aprovechar cualquier oportunidad.

Totalmente decidido recibió con las rodillas en tierra al primero de su lote. Al dar un farol el toro se le venció, dándole con la pala del pitón en la cara y causándole una herida como de 10 centímetros muy cerca de la  boca. La sangre no paraba. En ese momento, el dolor no le preocupaba. La necesidad de triunfar y sobre todo, la casta lo impulsaron a seguir en el ruedo. Cuajó un tercio de banderillas sensacional y con el público entregado hizo una faena muy emotiva. Después de dar vueltas al ruedo entre grandes ovaciones  se retiró a la enfermería. (En Portugal no se conceden orejas porque no se matan los toros, y cuando un torero triunfa da vueltas al ruedo).

Aquella enfermería no tenía condiciones. En vista de que la herida no era profunda, después de desinfectar, el médico de plaza, sin aplicar ni siquiera anestesia local, empezó a coser con una aguja demasiado gruesa, ¡era la única que tenía! Cada puntada le hacía ver la estrellas a Pepe.

Pero los toreros más que al dolor a lo que verdaderamente le temen es a no complacer a los públicos y sobre todo a no torear.

Al terminar su intervención, el médico de plaza hizo un comentario increíble, absurdo: "¡No te has quejado, por lo visto no te ha dolido!" -le dijo el doctor con mucha seguridad en sus palabras.

"A mi lo que me duele y me está doliendo es que la temporada empezó hace dos meses y esta es la primera corrida que toreo" -contestó Pepe con la amargura de los que apenas suman fechas.


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