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El comentario de Juan Antonio de Labra

Viernes, 04 Nov 2016    Ciudad de México    Juan Antonio de Labra | Opinión   
Sobre la fuerte apuesta que hará la nueva empresa de la Plaza México
La nueva empresa de la Plaza México ha hecho una fuerte apuesta de cara a la Temporada Grande que se anunció anoche, y lo más significativo es que se ha atrevido a hacer un cambio radical en cuanto a la organización de festejos taurinos en la capital de país. Ya veremos qué pasa.

Por principio de cuentas, aglutinar toda una temporada en cinco semanas es un reto mayúsculo, ya que la afición no está acostumbrada a ir a los toros con tal frecuencia, y quizá no cuenta con los recursos económicos necesarios para hacerlo de esa manera, ya que la economía de este país se mueve por quincenas y, ahora mismo, no se encuentra en un buen momento con la volatilidad del peso.

Pero tampoco quiere decir que, de pronto, esta inesperada noticia, no sea ese gran revulsivo que estaba esperando el público para volcarse a los tendidos de La México, que a partir de ahora tiene el compromiso ético de devolver a la plaza la categoría y seriedad que había perdido, y que la imagen de la Fiesta en la Ciudad de México recupere su grandeza.

Aparejado a este concepto diferente de Temporada Grande, está la conformación de tres carteles con la participación de dos figuras extranjeras y un torero mexicano en esas tres tardes, algo que la empresa anterior ya había tratado de hacer pero con la argucia de poner en cada combinación a un rejoneador por delante.

Aunque la Ley para la Celebración de Espectáculos Públicos obliga a la contratación igualitaria, en porcentajes por categoría, de matadores extranjeros y mexicanos, esperemos que esta iniciativa sea la punta de lanza para mover los hilos que, en un futuro cercano, permitan modificar dicha ordenanza.

Porque resulta incongruente que a un empresario, de cualquier ramo, se le impongan este tipo de cortapisas cuando arriesga su dinero y genera el negocio, sobre todo en un esquema comercial donde las reglas del juego deben de ser iguales para todos.

Es de reconocer, por parte de la Asociación Nacional de Matadores, la anuencia para que se puedan hacer este tipo de carteles, que son un aliciente para la afición y un acicate para los toreros nacionales, a los que, a final de cuentas, se les seguirán dando más puestos que a los de afuera, y con ganas de que su desempeño fomente la sana rivalidad y sigan consolidándose entre las preferencias del público.

Así que la medida terminará siendo lógica y natural, dejando de lado cualquier sensacionalismo malinchista, sino atendiendo a una razón de organizar festejos de este tipo, de manera puntual y justificada, para satisfacer la demanda del aficionado que de pronto quiere ver un cartel como el del sábado 10 de diciembre, en el que están juntos Morante de la Puebla y José Mari Manzanares.

También llama la atención el número tan alto de jóvenes que confirmarán la alternativa, mismos que tendrán oportunidad de aprovechar el magnífico escaparate mediático que representa la Plaza México para darse a conocer y escalar peldaños.

Y en lo tocante a las ganaderías contratadas, también resalta la presencia de un par de hierros que no eran habituales en la Temporada Grande, como el caso de El Vergel o de José Julián Llaguno, que reaparece tras un veto de más de dos décadas, algo absurdo para una de las divisas más emblemáticas del campo bravo mexicano y que en esta plaza cuenta con un brillante historial de triunfos.

Ojalá que el aspecto ganadero se tenga bien cuidado, pues siempre fue una de las asignaturas pendientes de la empresa anterior, no obstante que el toro es la base del espectáculo y su trapío debe tener concordancia a la categoría de la plaza y lo que en ella se anuncia.

Y a ver si después de veinte años sin una corrida de rejones en La México, la empresa atiende esta solicitud que tienen los amantes del caballo, y aquellos rejoneadores profesionales que, con decidido esfuerzo y muchos sacrificios, han conseguido abrirse camino en cosos de provincia y demostrar que sí interesan. Sería importante buscar que este espectáculo alternativo tenga cabida en una campaña con tantos festejos, a la manera como se hace en Europa en las ferias importantes.

Como dice el refrán, será preciso "conceder el beneficio de la duda" a la nueva empresa de La México y esperar acontecimientos, con la ilusión de que esta etapa contribuya a la dignificación de la Fiesta en la capital, que buena falta le hace en tiempos difíciles.


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