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El Payo enamora el corazón de La México (video)

Domingo, 07 Nov 2010    México, D.F.    Jorge Raúl Nacif I Foto: JRG           
Terminó desmadejado, pero con un triunfo a todas las de la ley
Con una actuación llena de actitud y vergüenza torera, Octavio García "El Payo" enamoró el corazón del público de la Plaza México en esta tarde inaugural de la Temporada Grande y se llevó dos orejas que lo constituyen como el primer gran triunfador del serial.

Y es que las cosas no habían rodado bien delante de los ejemplares de su lote, por lo que decidió regalar un toro, perteneciente a la ganadería de Santa María de Xalpa, que resultó encastado y muy codicioso, revolviéndose en un palmo de terreno. Octavio le plantó cara gallardamente y, tras una buena intervención con el percal, se fue a los medios para pegarle dos escalofriantes péndulos como inicio de faena.

Apenas en la segunda tanda, cuando corría la mano por derecha, el toro le echó mano en una fracción de segundos y le propinó una espeluznante voltereta, cayendo de fea manera golpeándose el cuello y la espalda. Delante de un público helado ante el percance, fue llevado a la enfermería, de la que salió minutos después sin el corbatín y la chaquetilla.

Con la plaza hecha un volcán, gracias a la entrega demostrada, el queretano volvió a pegar otro péndulo y se dio a correr la mano en dos tandas con la mano izquierda, muletazos quiza no de perfecto trazo, pero salidos del alma, por lo que le llegaron fuerte al tendido que coreaba con gran fuerza cada uno de sus muletazos.

Notoriamente dolorido, El Payo se fue como un rayo tras el acero y cobró una estocada hasta la empuñadura que tumbó sin puntilla al bravo ejemplar, ejecución de la suerte suprema que por si misma valía la oreja, misma que concedió la autoridad que, ante la mayoritaria petición, otorgó una segunda. Y en medio de una lluvia de cojines que la gente lanzó de júbilo, el valiente sintió como un bálsamo aquella entrega sin límite de un público apasionado.

Luego de mostrar las dos orejas, se encaminó a la enfermería y no pudo ser izado a hombros. Después de estabilizarlo, se le trasladó a un hospital para ser revisado con detenimiento, pues tiene una fuerte contusión en las vértebras cervicales.

Con garra, puso todo de su parte delante de los dos ejemplares que le correspondieron, pero prácticamente no tenían un pase. El primero se refugió en tablas y salía suelto de la suertes, mientras que el segundo resultó muy deslucido.

Eulalio López "Zotoluco" volvió a La México después de cuatro largos años y se le recibió con agrado, salvo algún sector del público que se metió con él desde el paseíllo, exigiéndole de más. Después de haber toreado bien a su primero, un ejemplar noble pero al que el costaba humillar, y dejar constancia de su oficio delante de su segundo, decidió regalar un toro para no irse con las manos vacías.

Así pues, hizo séptimo un ejemplar de Jorge María que salió al ruedo visisblemente corraleado. Sin embargo, el puyazo le sentó de maravilla, pues se descongestionó y empezó a mostrar todo lo bueno que traía en su sangre brava, ya que siempre fue fijo, con recorrido y pronto a los cites del torero,que se dio gusto corriendo la mano.

La faena de Zotoluco fue eléctrica y caló entre el público, fundamentalmente en los trazos con la mano derecha, pues por la zurda el astado no iba tan entregado y resultaba un tanto áspero, aunque logró endilgarle algunos pases emotivos.

Decidido, Eulalio se fue tras el acero y cobró un buen espadazo para que a su espuerta llegara la primera oreja de la campaña, que recorrió contento por el redondel de La México. Quizá, el bravo ejemplar hubiera podido merecer el arrastre lento, ya que, además de sus cualidades, tuvo duración.

De mucho mérito fue la labor que Enrique Ponce realizó con el segundo de la tarde, pues el ejemplar de San José tenía un recorrido corto y no acudía entregado a la muleta. El valenciano le fue paciente y, con base en consentirlo y no quitarle la muleta de la cara, hizo que terminara embistiendo hasta en redondo.

Larga fue la faena, pero igualmente intersante, digna de todo un maestro, como lo es Enrique. El momento más vibrante fue cuando ejecutó la poncina y cuajó el circurret flexionando las rodillas. Lástima grande que, como ha sido costumbre en esta plaza, fallara con el estoque, pues tenía ganada una oreja, o quizá las dos, a todas las de la ley.

El segundo de su lote fue devuelto a los corrales tras ser duramente protestado por el público debido a su escaso trapío. Salió el primer reserva, también de San José, y Ponce se notó muy esforzado, a pesar de las deslucidas condiciones de su enemigo. El público fue un tanto frío con él y su labor ya no tomó el vuelo esperado.

Cabe destacar la gran cantidad de público que acudió esta tarde a la plaza, pues se llenó el tendido numerado y en los tendidos generales había mucha gente. Sin duda, se trata de una entrada mejor que cualquiera de la temporada anterior, lo que esperemos sea un estupendo augurio para el presente año.

Ficha
México, D.F. Plaza México. Casi lleno en tarde fría y con algunas ráfagas de viento. Siete toros de San José, justos de presencia, el 5o., fue devuelto por chico, de escaso juego en su conjunto, de los que sobresalió el 1o. por su nobleza. Uno como regalo de Jorge María (7o.) bravo y con duración, y otro de regalo de Santa María de Xalpa, encastado.Pesos: 485, 468, 495, 500, 472,  496, 470, 485 y 465 kilos. Eulalio Lópéz "Zotoluco" (azul marino y oro): Palmas, pitos tras aviso y oreja en el de regalo. Enrique Ponce (azul celeste y oro): Ovación y división tras aviso. Octavio García "El Payo" (azul marino y oro): Palmas en su lote y dos orejas en el de regalo. Al finalizar el paseíllo la Porra Libre entregó el trofeo "Manolo Martínez" a Enrique Ponce, y se guardó un minuto de aplausos a la memoria del matador y ganadero Víctor Huerta, fallecido recientemente. El Payo fue enviado al Hospitál Ángeles de Tacubaya para ser revisado.

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