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Urdiales cuaja un victorino en Bilbao (video)

Domingo, 28 Ago 2011    México, D.F.    Redacción | Foto: Archivo         
El torero de La Rioja mostró un concepto clásico y profundo

La punta de la espada de Diego Urdiales tuvo la mala suerte de resbalar con la histórica divisa de Victorino Martín que pendía en lo alto del quinto toro, y lo que pudo ser un triunfo rotundo de dos orejas quedó en una ovacionada vuelta al ruedo, pues el torero riojano se vio obligado a entrar a herir en dos ocasiones más, con la taleguilla destrozada, y tras haber estado a punto de llevarse una cornada muy seria.

Y es que en el momento de ese primer embroque, el pitón derecho del victorion le rajó la taleguilla a la altura del muslo derecho. La rabia del riojano era patente, porque una faena de esa importancia no puede echarse a perder con el acero. Pero lo hecho, hecho estaba, y la gente que pudo ver la actuación de Urdiales en la plaza, y otros miles más a través de la televisión, habrán confirmado que se trata de un pedazo de torero que merece más oportunidades.

Si con el galimatías que se jugó en segundo lugar -el clásico toro espabilado de esta casa- ya había enseñado oficio y recursos para machetearlo, con el quinto se puso en el sitio hasta cuajarle muletazos de excelente corte, repletos de torería y empaque, en los que arriesgó grandemente.

En las verónicas de recibo se notó que el toro tenía recorrido, y Diego le dio varios lances de magnífica factura, para después dar rienda suelta a un trasteo macizo, de un valor tan sólido como el granito, en el que fundamentó una obra de altos vuelos, en la que lució mucho toreando por el pitón derecho.

La obligación le impuso también probar la embestida del toro por el otro lado, y lo hizo con la misma gallardía, tragándole en naturales con muy buen aire, en los que pudo desengañar un poco más la embestida del toro para volver a la mano derecha y cuajarlo hasta el final.

Lo malo, repetimos, fue aquella mala pasada de la espada, porque ahí se truncó una faena que, conjuntamente con la de Morante de la Puebla, se anotan en el cuadro de honor de esta feria bilbaína de tanta tradición, donde el público chanela de toros y respeta mucho a los profesionales.

Luis Bolívar también revitalizó su carrera en la plaza de Vista Alegre, donde hizo una primera faena interesante, que comenzó con una serie de riesgosos naturales en los mismos medios de la plaza. Y esto, delante de un victorino, no es cosa fácil. El trasteo discurrió entre algunos altibajos, y quizá el toro, que fue el de más calidad de la corrida, sobre todo por el pitón izquierdo por el que humillaba mucho, exigía cosas muy finas al colombiano.

Lo bueno fue que Luis mató de una estocada impecable, quizá le mejor de toda la feria, por su ejecución y colocación, y así cortó una oreja de ley, de esas que sirven para recordar que los llamados matadores de toros, tienen siempre a mano el recurso de la espada para cambiar el rumbo del final de la lidia. En este caso, fue a favor, y así quedó patente.

La faena al sexto no terminó de romper, quizá porque el toro, que comenzó bien, no terminó de romper. De cualquier manera, Bolívar le hizo las cosas bien y destacó su oficio, parte del cual aprendió en esta ganadería cuando vivía con los señores Victorino, padre e hijo.

Juan José Padilla sigue en el circuito de las grandes ferias matando las corridas duras porque nunca escatima en entregarse, y la gente percibe al jerezano como un hombre con arrestos y carisma que le pone buena cara a todo.

Delante del soso primero no pudo lucir demasiado, si acaso en el tercio de banderillas, que cubrió con facultades y recursos. Pero en el cuarto, que tenía un atractivo fondo de bravura, fue quedándose en el sitio preciso para ligarse muletazos de buen acabado que compusieron series muy dinámicas, por su ligazón, y terminó metiendo al toro y a la gente en su habilidosa muleta.

La estocada entera, en lo alto, con al que finalizó el trasteo, fue otra la vez la causante de que la petición aumentara con facilidad y le concedieron una merecida oreja que paseó en la vuelta al ruedo con su franca sonrisa, satisfecho de haber cumplido con otra batalla más de su larga y enjundiosa trayectoria.

Resumen de la corrida de hoy en Bilbao (Canal Plus)

Ficha
Bilbao, España.- Plaza de Vista Alegre. Octava y última corrida de feria. Tres cuartos de entrada en tarde agradable. Toros de Victorino Martín, bien presentados, de juego interesante, sobre todo 3o. 4o. y 5o. 1o., con distintos matices de bravura. Pesos: 560, 542, 517, 540, 571 y 560 kilos. Juan José Padilla (tabaco y oro): Silencio y oreja. Diego Urdiales (malva y oro): Silencio y vuelta tras aviso. Luis Bolívar (verde manzana y oro): Oreja y ovación tras aviso. Destacó en varas Ismael Halcón, y con las banderillas Gustavo García "El Jeringa", que saludó.


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