Tanto el caballero Rodrigo Santos como Rafael Ortega, con astados de distinta condición, lograron triunfar en la corrida de feria de esta tarde en Tulancingo de Bravo, logrando salir a hombros, donde el único que se fue de vacío ha sido el hidalguense Samperio, por los toros que tuvo que enfrentar, dando el toque de emoción de igual manera, el mano a mano de forcados.
En el caso del rejoneador, enfrentó dos toros, aunque de diferente condición, pero los dos poco propicios para el lucimiento. Su primero fue deslucido, distraído, sin celo, y menos entrega para ir a la cabalgadura, y al que clavó de manera certera los rejones de castigo, luciendo con cuatro banderillas en los medios al estribo de frente, sobresaliendo la cuarta de éstas.
También lució con banderillas al violín y cortas que emocionaron, así como la actuación de los Forcados Hidalguenses que lograron una buena pega al primer intento, a cargo de Iván Nava.Dejó un certero rejonazo y le concedieron dos trofeos.
Su segundo, un espectacular jabonero y con un par de pitones, fue un toro muy complicado y con movilidad de salida, se ponía siempre por delante. Clavó tres rejones de tira y con banderillas el caballero intentó ganarle la intención a la res, que se lo tragó en dos ocasiones, a través de dos pitones contrarios en los que preparó mucho la suerte, pero después volvió a cambiar de lidia y el animal esperaba y sólo cuando pasaba la cabalgadura, embestía a la grupa.
Así las cosas, hizo el esfuerzo, dándose el lujo de poner un par a dos manos por dentro. Hubo también nervio y emoción con la pega de Fernando Pacheco, del grupo de los Amadores de Hidalgo, que lo consiguió al primer intento.Mató bien Santos, concediendo un trofeo el juez que se negó a dar el segundo que pidió con fuerza el público y que sin duda había sido una labor muy meritoria. Rodrigo dejó en el suelo la oreja que había recibido, dando solamente la vuelta al ruedo en compañía del pegador.
Rafael Ortega enfrentó dos toros encastados y con contenido, con temperamento y condiciones para el triunfo, pero a los dos no terminó de cogerles la distancia y como en el caso del primero de su lote, sólo pudo esbozar una buena tanda, luego ya no le podría del todo, por lo que sólo hubo pasajes y detalles para la galería como al intentar torearlo por el izquierdo, que aunque no pasaba completo, metía la cara. La estocada tuvo su efecto con laque cortó una oreja y alguna petición para la segunda.
Su segundo, otro astado con temperamento y que exigía le hicieran bien las cosas, lo recibió, quitó y banderilleó con afición. Con la muleta, su labor la inició sentado en el estribo y luego, la res, exigía le templaran la embestida, con motor, fijeza y repetición, el torero intentó aprovecharlo, quizá quedando la duda de qué hubiera pasado si lo sacara a los medios. Tuvo buenos instantes con un par de tandas por el pitón derecho que le reconocieron, mientras por el izquierdo hubo algún bosquejo de toreo con calidad. Mató de dos pinchazos y estocada, concediéndole el juez un exagerado rabo.
Pablo Samperio no las tuvo consigo. Acusó un poco la falta de torear, aunado también, a que el lote que le correspondió no colaboró. El primero de su lote fue un manso declarado y con poco contenido, con el que hizo su esfuerzo, agradeciéndole la gente una buena tanda con la derecha ya con la muleta, aunque la res, por sus complicaciones, pedía mando y no dudarle. Mató de estocada apenas contraria, suficiente para que doblara la res.
Su segundo, un toro hondo y cuajado, lo saludó con una larga de rodillas, lo veroniqueó con voluntad, y le pegaron un poco de más en el picador, acusando el castigo en la muleta. Así, con las fuerzas justas aunque con clase, Pablo lo intentó y se esmeró para torearlo por ambos pitones, y aunque tuvieron calidad varios pases, no alcanzaron a transmitir al tendido. Tuvo que usar el descabello y el favor de la gente que siempre estuvo con él.
Tulancingo. Feria de Nuestra Señora de los Ángeles. Dos tercios en la plaza portátil "El Pinal" (unas 2200 personas), con tarde nublada y amenaza de lluvia al comenzar el festejo. Dos toros de Eduardo Funtanet (1º y 4º) destartalados de hechuras, con edad, cornalones y complicados, sobre todo el segundo. Tres toros de Marco Garfias, (2º, 5º y 6º), bien presentados, encastados y bravos sobresaliendo el segundo.Un toro de Gómez Valle (3º), chico y manso con complicaciones.Pesos: 450, 465, 400, 470, 480 y 495 kilos. Rodrigo Santos (verde limón y oro): Dos orejas y oreja con petición. Rafael Ortega (marino y oro): Oreja y dos orejas y rabo. Pablo Samperio (tabaco y oro): Palmas y silencio tras aviso.