Tanto el rejoneador Horacio Casas como los diestros Federico Pizarro y el venezolano Otto Rodríguez, cortaron una oreja en la entretenida corrida que puso en marcha la Feria de Huamantla en esta nueva edición, siendo un buen comienzo que llevará en ascenso el ambiente para los siguientes festejos.
Casas tuvo una actuación desigual después que la cuadrilla paró al que abrió plaza; clavó un rejón trasero y con el segundo rejón fue solo un metisaca que mermó las condiciones del burel y al cambiar de cabalgadura, toreó mejor a la grupa aunque las banderillas quedaron dispersas, eso sí, se adornó con tres piruetas que resultaron emotivas por la cercanía de la ejecución.
Los Forcados de Teziutlán tuvieron el mérito de aguantar la embestida incierta en esos momentos, consumando la pega en el primer intento que les valió una ovación. Horacio dejó rejonazo contrario y trasero que despenó al burel, recibiendo como premio una oreja de poco peso que paseó en la vuelta acompañado por el pegador de cara.
Tuvo en segundo término un toro de Torrecilla que se rajó; esta vez falló en la colocación de los rejones, viéndose en serios apuros al ser alcanzado su caballo y golpeado contra las tablas saliendo herido aparentemente. Los Forcados Amadores de Teziutlán al ver la lidia poco propicia desistieron en su intento para realizar la pega, y el rejoneador se abstuvo de entrar a matar, dejándole el paquete al sobresaliente que, en medio de un herradero, no acertaba y sonaron los tres avisos.
El quinto de la tarde fue para Federico Pizarro y tuvo buen estilo, pero como le castigaron más de lo debido, llegó apurado al tercio final no obstante el diestro hizo bien las cosas en terrenos comprometidos, consiguió un estoconazo de efectos rápidos y al doblar el toro el público pidió la oreja que el juez entregó tardíamente.
Pizarro recibió con largas de rodillas a su primero y de pie lanceó con buenos procedimientos; el toro empujó en varas tumbando al piquero tras lo cual Federico se lució en un quite combinado, Muy en corto cambió el viaje del toro en el inicio de faena, durante la que se puso cerca en series sobre ambas manos, se adornó con molinetes de rodillas para luego dejar espadazo defectuoso y retirarse entre palmas.
No conocíamos a este torero venezolano Otto Rodríguez, pero dejó ver sus conocimientos de la lidia y su oficio por incursiones anteriores en ruedos españoles; sus buenas maneras con el capote las puso de manifiesto en el tercero, al que empezó toreando por alto y después correrle la mano izquierda con ligazón y sabor, despachó al toro de media trasera y fue premiado con un apéndice.
El sexto dio brava pelea con el caballo, antes se coló feamente a Otto, que poco se confió con la capa; vimos sin embargo buen planteamiento para la labor de muleta con temple y calidad aprovechando la del toro; vinieron buenos muletazos con la diestra y algunos adornos; lo mandó al destazadero con media estocada trasera y tres decabellos que le hicieron perder algún premio, pero escuchó palmas.
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