Este año ha subido el nivel de los aspirantes y la final ha estado muy reñida, pues los tres espadas han sacado lo mejor de su repertorio. Además ninguno de ellos se ha quedado nada en el esportón y los tres han intervenido en quites, replicando a sus compañeros con una gran variedad capotera. Se han visto quites de todos los estilos: gaoneras, chicuelinas, faroles de rodilla, largas cambiadas, delantales… Una final interesante.

El extremeño Tomás Angulo se ha mostrado muy solvente ante el lote más complicado de la final, el primero, por quedarse muy corto y buscar a Angulo por los dos pitones, y el cuarto, por cuajado y correoso. Antes esta difícil papeleta el novillero de Extremadura supo conjugar temple y mucho oficio. La faena al primero de la noche estuvo compuesta por dos logradas tandas de derechazos en los que expuso mucho siendo volteado en varias ocasiones. Por el pitón izquierdo no se arrugó a pesar de las coladas y obtuvo algunos naturales de mucho mérito.

Al cuarto lo esperó en la puerta de chiqueros y aguantó una eternidad de rodillas antes de recetarle una emocionante larga cambiada. Con la muleta supo robarle varias series diestras de mucha hondura y profundidad muy bien abrochadas con largos pases de pecho. Con la zurda se cruzó al pitón contrario para darle la distancia justa y embeberlo en los vuelos de la muleta. Algunos naturales derrocharon empaque y bella factura.
 
Brando Campos, de la Escuela Taurina Fundación El Juli, dio una lección de renovada tauromaquia. Primó la vistosidad de sus lances con la capa y la variedad en los muletazos. Con un lote de ciertas posibilidades estuvo a su altura y no dejó pasar la oportunidad.

Con el primero, Campos estuvo muy voluntarioso e insistente, consiguiendo sacar algunas series en redondo de mucho mérito. Al natural poco pudo hacer con el pupilo de Espartaco que acudía rebrincado y protestó en todo momento. Destacaron los circulares finales con los que finalizó su faena. Mató bien, pero el astado tardó en caer y sonó el primer aviso.

El trasteo al quinto lo inició con un pase invertido y bellos ayudados por alto. Sus momentos más lucidos llegaron cuando corrió la mano con mucho mimo al lado derecho. Por ese pitón el eral se iba largo y humillado, circunstancia que aprovechó el torero mexicano para cincelar derechazos con mucho empaque, mandones y de largo trazo. Bajó de intensidad por el lado izquierdo, aunque siempre mostró valor y mucha decisión.
 
José Ángel Fuentes, de Villanueva de Mesía-Granada, tampoco defraudó. Estuvo muy decidido ante el lote más potable y consiguió tandas con la diestra muy compuestas al tercero del festejo cuando no le violentó la embestida de la res con toques muy fuertes. Por el lado izquierdo supo encelar la acometida del animal y se sucedieron algunos naturales de cierta prestancia. Ante el sexto, que fue saludado con una larga cambiada en el tercio, lo intentó con mucho empeño y se fajó valeroso en varias tandas diestras antes de que el novillo se rajase.