Joselillo fue el único triunfador del quinto festejo de la Feria de San Fermín, en Pamplona, luego de cortarle una oreja al primero de su lote, un extraordinario toro de Dolores Aguirre con el que logró momentos de importante relieve.

Este ejemplar, que hizo tercero de la tarde, se vino arriba en el tercer tercio y terminó embestiendo como bendito, con gran recorrido y humillando mucho, transmitiendo emoción ante el tendido Quizá por lo poco que ha toreado este año, pues esta fue apenas su tercera tarde en lo que va de 2011, Joselillo se quedó un poco por debajo, pero siempre demostró esa entrega que hay que pedirle a los toreros.

Y aunque no terminó por acoplarse del todo, le pegó muletazos de gran profundidad, sobre todo con la mano diestra, ligando de buena manera y provocando el "olé" en los tendidos, llenos de un público que en todo momento, apoyo al torero y le manifestó su cariño.

Con toda la decisión del mundo se fue tras la espada y cobró una sensacional estocada, misma que liquió al bravo ejemplar de Dolores Aguirre, que fue muy ovacionado en el arrastre. Para Joselillo, llegó la preciada oreja, que paseó feliz y en son de triunfo.

El sexto de la tarde desarolló sentido desde aparecer por toriles, por lo que complicó las cosas. Aún así, por momentos tomaba la muleta humillado y con clase, aunque sin olvidar lo que dejaba atrás. Firme y valiente, Joselillo estuvo a la altura en todo momento y, tras un estoconazo, dio una aclamada vuelta al ruedo.

Salvador Cortés aprovechó cabalmente las opciones que brindó el que abrió plaza,pues aunque manseando y saliendo muy suelto, acudía de buena manera a los cites y tuvo duración. Luego de la estocada, el ejemplar se amorcilló y sonaron dos visos, por lo que el público se enfrió y ya no hubo petición.

Con el cuarto, un toro indefinido y con una lidia extraña, volvió a intentarlo con firmeza y afición, aunque su labor no todo el vuelo esperado pues el burel vino muy a menos y terminó muy deslucido, haciendo imposible que los esfuerzos del torero tuviera rédito.

Alberto Aguilar saludó una ovación desde el tercio debido a los buenos momentos que dibujó ante el segundo de su lote, un castaño que tenía calidad pero que tuco una duración muy corta, por lo que estos instantes detacados se fueron perdiendo poco a poco.

El primero que enfrentó no estaba sobrado de raza ,y a pesar de no tener mayor transmisión, acudía a los engaños sin malas ideas y dejándose meter mano, por lo que Alberto estructuró un trasteo interesante en el que destacaron las primeras series con la diestra, pues el toro se paró y ya no hubo más.