César Jiménez abrió la puerta grande de Las Ventas de Madrid en la antepenúltima corrida de la Feria de San Isidro, pues le cortó una oreja a cada ejemplar de su lote y salió en volandas, mientras que sus alternantes no tuvieron suerte.

El segundo toro de la tarde fue extraordinario pues, luego de pelear bien con los caballos, mostró codicia y clase en la muleta. César estuvo bien con él, toreando con largueza y temple, pero sin llegar a romperse del todo y cuajar esa faena indolvidable que se presentía, dadas las virtudes del de Peñajara.

Aún así, la faena tuvo momentos excleentes que calaron hondo en el tendido, así que, despues de rematar con una estocada entera, la petición de oreja fue mayoritaria y terminó siendo concedida porel presidente, mientras que el bravo ejemplar fue ovacionado en el arrastre.

Su segundo, un sobrero perteneciente a la ganadería de Carmen Segovia y de imponene presencia, tenía transmisión y movilidad, aunque carecía de la clase del primero. César lo entendió muy bien, quizá mejor que al anterior, y le recetó emocionantes tandas con la mando derecha, pitón por el que era mejor el astado.

Como un rayo se fue tras la espada y dejó una estocada desprendida, suficiente para que rodara el toro y, con algunas protestas, pasear su segunda oreja de la tarde y ganar la salida por la puerta grande, un momentoque seguramente será indolvidable para él.

Eugenio de Mora no tuvo opción con ninguno de sus dos ejemplares, aunque dejó constancia de voluntad. El primero desarolló un sentido tremendo e hizo imposible el lucimiento, mientras que su manso segundo era muy deslucido y terminó por espiar al torero.

Lo mismo le sucedió el joven Javier Cortés, que se entregó en esta tarde pero sus esfuerzos se estrellaron delante de un lote que no ofreció posibilidades de triunfo. Su primero fue de más a menos y, el segundo, muy peligroso.

Resumen en video del festejo de hoy en Madrid (las-ventas.com)