Alberto Aguilar vivió la cara y la cruz del toreo en la última corrida de la Feria de Fallas, en Valencia, pues cortó una oreja y recibió una cornada en la pantorilla, mientras que Tomás Sánchez también tocó pelo y Rafaelillo se fue de vacío.

Con tintes de gesta fue la actuación de Aguilar delante del último toro del ciclo, un ejemplar de Víctorino Martín que tuvo transmisión, pues luego de correr bien la mano por ambos pitones, recibió la cornada y así, tinto en sangre, se quedó en el ruedo para cobrar una gran estocada y pasear una oreja ganada muy de verdad.

Descastado fue el primero de su lote, con el que estuvo firme y decidido hasta robarla algunos buenos pasajes con la derecha, el lado por el que el burel tomaba un poco mejor la  y permitía cierto lucimiento.

Alegre y haciendo las cosas con solera se mostró Tomás Sánchez ante el segundo ejemplar de la tarde, al que le hizo fiestas aprovechando que pasaba completo, siempre con mério pues el animal sabía perfectamente lo que dejaba atrás. Con mucha quietud, el valenciano se fue ganando la oreja, misma que cosechó tras un buen espadazo.

De similar comportamiento resultó el quinto de la corrida, pues se revolvía en un palmo de terreno para coger al torero. Haciendo gala de aguante, extrajo naturales de muy bella factura, emocionantes sobre todo. De no haberse puesto pesado con el acero, quizá hubiera podido cortar otro apéndice.

Rafael Rubio "Rafaelillo" trajo el santo de espaldas, ya que los dos toros que sorteó, además de no ser claros en las embestidas, carecían de fuerza, así que todos sus esfuerzos resultaron imposibles y se fue de Valencia sin haber pegado prácticamente ni un sólo pase que le fuera coreado.

Resumen en video de Digital Plus