Sin hacer ruido, como dijeran los militares, a la sordina, el magnífico picador de toros tlaxcalteca, Antonio López "Zotoluco Chico" ha decidido dejar las puyas y el castoreño, tras 45 años de carrera profesional durante la que dejó constancia de su calidad.
 
Aunque goza de buena salud y se siente en condiciones de seguir picando, tomó esta decisión de común acuerdo con su familia considerando que es el momento oportuno para el retiro. Comenta Antonio que la actividad taurina ha bajado y por otro lado han aumentado los miembros en su agrupación, de tal suerte que los puestos escasean.
 
Se lleva un grato sabor de su paso por la fiesta, a pesar de los sinsabores por los percances que sufrió; de estos el más grave fue en 1976 durante el Carnaval de Sayula Jalisco, donde recibio una cornada en el cuello que le llegó al paladar y le tumbó varias piezas dentarias, similar a la que sufrió este año Julio Aparicio. También tuvo dos fracturas una de las cuales lo mantuvo tres meses inactivo.
 
Pero claro, recuerda con gusto las satisfacciones que ha tenido como varilarguero; una actuación que más le ha llenado fue actuando bajo las órdenes de Mariano Ramos en la Feria de Quito de 1973, donde picó un toro español de la ganadería de Santiago Martín "El Viti", que se arrancó de tercio a tercio y no se lo pudieron cortar, solo le dio tiempo de salir un poco, para prender al toro y aguantar la reunión.
 
Ello le valió dar la vuelta al ruedo, ser felicitado por la prensa quiteña, y llevarse el Escapulario del Señor de Gran Poder como premio al mejor puyazo. En otra ocasión ahí mismo en Quito, picó soberbiamente a un toro de Sánchez Cobaleda, por lo que también le hicieron dar una vuelta.
 
Regresó a México junto con su matador ,que estaba en un gran momento, para torear la corrida de Piedras Negras, correspondiendo a Antonio picar al célebre "Timbalero," que Mariano inmortalizó.
 
Tuvo también sobresalientes actuaciones en plazas como Aguascalientes, Mexicali, y Morelia; en Guadalajara  actuando con Manolo Arruza, recorrió el anillo tras picar a un toro de La Punta, y en la plaza "El Relicario" de Puebla, tiene una placa por haber picado magistralmente al toro "Africano" de San Antonio de Triana.
 
Agradece al público que lo alentó con sus aplausos, así como a todas las personas del medio con quienes convivió, y sobre todo quiere agradecerle a Dios por llevarlo al feliz término de su carrera; para ello irá a El Vaticano en un viaje que hará por tierras europeas, disfrutando lo que le redituó el retiro de su exitosa carrera. ¡Enhorabuena!