La tarde de este domingo, el matador Ernesto Javier Tapia "Calita", con el corte de dos orejas, dio seguimiento, por decirlo así, a su racha triunfal de este año, siguiéndole con un trofeo en su presentación en este coso el hispano Borja Jiménez, en tanto que los rejoneadores dieron sendas vueltas al ruedo, ante un público que hizo una gran entrada en lo que fue el aniversario número 47 del coso monumental hidalguense.
Este 11 de noviembre, una de las plazas más representativas de México cumplió la nada despreciable edad de 47 años de vida, y lo hizo celebrando una corrida interesante en cuanto a su confección, con dos matadores, dos rejoneadores y dos grupos de forcados de la entidad, sin dejar de decir que la ganadería es de las consideradas de garantía.
A la postre, el festejo fue un punto más que interesante, e importante, que, de la misma manera, para sorpresa de los profesionales, respondió la gente, sí, y de manera positiva, cubriendo casi todo el tendido numerado, en una tarde espléndida.
Respecto a los toros, sin duda el ganadero salió satisfecho, porque hubo bureles importantes. En su generalidad tuvieron fijeza, de armoniosas hechuras, de los que destacaron los característicos de la casa, dígase un berrendo en cárdeno y otro berrendo calcetero, así como los que hicieron séptimo y octavo.
Ernesto Javier "Calita" vio las dos caras de una moneda, que le costó lo suyo. Su primer toro, un bonito castaño muy serio, fue deslucido y le pidió cuentas, y al final, hasta le sonaron los tres avisos, pero con su segundo se encontró él mismo al torearlo de largo por el pitón derecho. El animal tuvo una importante fijeza y que el torero pudo canalizar, haciendo que finalmente el público se entregara, y tras matarlo de estocada casi trasera, cortó dos orejas, con ovación al toro en el arrastre.
Borja Jiménez, no sabemos si quepa decirlo, pero vino a torear al patio de su casa. Dígase por los motivos que sean. Su actuación la pudo capitalizar más, pero se quedó en una oreja (que pudieron ser más). A su primero lo pinchó hasta en tres ocasiones, pero entendió a un toro que, como el resto del encierro, fue noble, obediente, repetidor, con clase, aunque un punto soso.
A su segundo lo entendió bien y desde la salida lo fue cosiendo, primero con el capote y en quites, y después, porque se lo permitió en la muleta. Despatarrado, le pegó ayudados que tuvieron empaque, buen trazo, por lo que transmitió al tendido lo que hizo. Tras una estocada trasera apenas tendida, fue suficiente para que, por petición, le otorgaran una oreja.
Dos rejoneadores, dos, con estilos diferentes, salieron a darlo todo, y si no fuera por las fallas con el acero, habrían cortado de menos un par de orejas cada quien. Fauro Aloi a su primero lo lidió bien, en tanto que al animal le faltó celo, apagándose pronto. Le puso un rejón en buen sitio y le permitió clavar banderillas de frente, destacando una a pitón contrario.
Los Forcados Amadores de México realizaron una pega al primer intento a cargo de Said Lugo, con la que fueron ovacionados, dando finalmente la vuelta al ruedo caballero y pegador. Su segunda ha sido un toro de nota, bravo, con el que lució. A la salida, el toro no se había enterado hasta que sintió el primer rejón, para después, ir a más, realizando galopes a dos pistas.
Los Forcados pegaron el toro al segundo intento, siendo enmendado Juan de Dios Corona tras una vuelta de campana que le propinó la res. Mató de rejonazo trasero, para dar la vuelta al ruedo Aloi con el forcado de cara.
Javier Funtanet dejó ver a una cuadra importante, con caballos sobrados, muy hechos, algunos con el hierro de Diego Ventura, que le permitieron lucir, primero con un toro aplomado, pero con fijeza, al que le clavó cuatro banderillas de frente.
Los Forcados de Pachuca lograron realizar una pega al segundo intento, que bien pudo ser desde el primero. El acero no le permitió el corte de una oreja, pero sí dar una cálida vuelta al ruedo.
Su segundo fue uno de los toros importantes de la tarde, un berrendo entipado en la ganadería que desde su salida mostró cualidades, que el rejoneador supo ver, y aprovechar. Así, lució con un bayo espectacular con el que hizo quiebros que le fueron muy aclamados.
De los Forcados de Pachuca hay que consignar que el cabo Dante Austria tiene mucha afición, valor, pero le hizo falta el grupo para hacer una pega en solitario, dejando un buen sabor de boca. Dejó dos banderillas cortas el caballero y una estocada apenas trasera como caída, dando la vuelta al ruedo con el pegador.