Por el cambio del encierro que la empresa informó con poca antelación, Uriel se llevó en primer término un jabonero de El Vergel que a la postre fue el mejor, y ante el cual manejó la tela con suavidad en lances iniciales rematados sabrosamente con media verónica a pies juntos. Después vino el número con las banderillas, clavando tres pares en unos 10 segundos, un tercio que el torero tiene muy hecho aunque hoy faltó un poco de precisión, mas no espectacularidad.

Al inicio de su trasteo se fue a los medios para cambiar el viaje por la espalda en un péndulo y luego ejecutó molinetes y una serie derechista, llevando bien toreado al toro. Mostró voluntad al natural, retomando la mano derecha para rematar con una dosantina. Finalizó con adornos viendo al tendido y unas bernadinas. La estocada fue delantera y caída pero de efetos rápidos. La gente aplaudió al toro en el arrastre y al torero le concedieron dos oreja.

El cuarto, otro toro de buena presencia, resultó pegajosillo siendo recibido con lances de rodillas por El Zapata. Después toreó a la verónica con el compás junto en el remate de la serie de recibo. En el quite realizó dibujó vistosos lances, volviendo a banderillear para complacer al público.

Inició su trasteo con otro muletazo cambiado cerca de tablas y más tarde hizo un trasteo dentro de la posibilidades que ofrecía el toro, pues acortó las embestidas y la faena no levantó de nivel. Sin embargo, al final, y tras una estocada eficaz, la gente le pidió la oreja que le fue concedida.

Ante el segundo toro del festejo, El Capea poco realizó con el capote antes de que cuadrilla pasara fatigas con las banderillas. Tras doblarse con el toro, el torero salmantino toreó con cierta celeridad y sin confiarse del todo. De pronto surgió algún pase estimable, siendo mejores los que ejecutó por el lado derecho. Mató de un espadazo defectuoso que hizo guardia, y mejoró en su segundo intento con lo que el toro dobló. Hubo silencio para el diestro.

Ante el quinto del encierro poco se vio de capa, y la cuadrilla cumplió apenas con las banderillas. La música acompañó la labor del diestro de Salamanca con "Las Golondrinas", mientras éste logó buenos muletazos. Al cambiar de mano bajó el  tono de la faena, y luego vino un pinchazo, una media tendida y caída, y un golpe de descabello al segundo intento. El público, sabiendo que el torero se despedía, lo llamó a recorrer la circunferencia, en un bonito detalle.

Diego San Román enfrentó en principio un castaño albardado de escaso trapío al que toreó bien a la verónica. El toro cumplió con el caballo y la cuadrilla cubrió el segundo tercio de cualquier manera. El trasteo lo inició  toreando bien con la mano derecha para que surgieran los olés del tendido. Al torear con la zurda remató con el forzado de pecho  siempre cerca de la cara del toro y con ganas de agradar. El queretano pincho varias veces y también con el descabello no estuvo fino. Escuchó palmas tras un aviso.

Delante del segundo de su lote, San Román intentó hacer el toreo en redondo aunque el toro se frenaba, aún así logró meritorios muletazos por el pitón derecho, aguantando las coladas y emocionando al público. Finalizó su labor con una estocada entera que tardó en hacer efecto, pero remató con un certero descabello para escuchar palmas.