La tarde de este sábado han salido a hombros Uriel Moreno "El Zapata" e Israel Téllez tras cortar cada quien dos orejas, en lo que ha sido la tercera corrida de la Feria de San Francisco de Pachuca, merced de un público generoso que se dio cita en el coso "Vicente Segura", en tanto, Francisco Martínez, por su esfuerzo, cosechó un trofeo.

El hierro de José Julián Llaguno reaparecía en este coso y lo hizo mandando un encierro con edad, varios en el tipo de la vacada, muy serios por delante, que acusaron poca fuerza en general, que entre las diversas razones según comentarios que se dejaron escuchar, que bien pudiera ser válida, fue que por las condiciones lluviosas de días pasados. 

Los astados tuvieron el agua hasta las rodillas por muchas horas en las corraletas de la plaza; lo que sí, es que tuvieron poco juego, y que acaso solo los corridos en segundo y tercer lugares marcaron cierta diferencia por su fijeza, obediencia y nobleza.

Por otro lado, ha sido una grata sorpresa la buena respuesta del público que asistió esta tarde a los tendidos, aunque se tratara de un público, poco exigente y conocedor, dando la impresión de estar desorientado, situación que permitió les fueran concedidas orejas de más a los toreros.

Así, El Zapata saludó con dos faroles de hinojos en tablas, una larga en los tercios, chicuelinas de pie y un recorte, haciéndose ovacionar. Al toro apenas le señalaron un refilonazo, cumpliendo al caballo. Quitó con tres chicuelinas, para con las banderillas ejecutar el llamado Par Monumental, un cuarteo, resultando comprometido el tercero, siendo largamente ovacionado. Si bien ya se había echado al público a la bolsa, con la muleta vino el acabose al echar mano del toreo de efecto. 

Comenzó con pases por atrás y por alto en tablas, y con el toreo sencillo logró su objetivo en el público, ante un toro que vino a menos pero que tuvo fijeza al que el torero no le hilvanó por completo alguna tanda por alguno de los pitones. Cobró una estocada caída, y si bien como reza el reglamento, el primer trofeo es a petición del público, por la estocada y su labor, la segunda fue un punto más que generosa.

Con el que abrió plaza, un espectacular castaño, El Zapata lanceó a este astado que echaba las manos por delante y la cara arriba, que cumplió en varas. Instrumentó cuatro navarras y una revolera. Invitó a sus compañeros de cartel a cubrir el segundo tercio, ejecutando un cuarteo Téllez, un par caído por parte de Martínez y quedando solo un palo en un violín de El Zapata, perdiendo las manos en los tres pares la res. Abrevió con la muleta tras claudicar el toro por su falta de fuerza, al que despachó de media tendida trasera y tres golpes de descabello. Hubo pitos en el arrastre.

Israel Téllez, que reaparecía en este ruedo, esbozó algunos lances a un toro con fijeza, quitando con dos chicuelinas con el compás abierto y revolera. También invitó a sus alternantes a cubrir el segundo tercio, haciéndolo con un sesgo Martínez, un violín por dentro de El Zapata y un cuarteo de Téllez, siendo muy aplaudidos. 

De muleta estuvo voluntarioso, entonado, dándole su aire y su tiempo a un toro con fijeza, repetidor, pero justo de fuerza que incluso rodó en dos ocasiones por la arena. Se gustó en los ayudados que instrumentó que le reconoció el público. Dejó una estocada trasera con la que tardó en doblar el animal, para cortar una generosa oreja y algunas palmas al toro en el arrastre, que nunca abrió el hocico.

Con el quinto estuvo bien al torear a la verónica, a un toro repetidor pero que terminaba echando la cara arriba, siendo aplaudida su intervención. Banderilleó ejecutando dos cuarteos y un violín, dejando solo un palo en los dos últimos. De muleta estuvo esforzado y voluntarioso ante un astado que en todo momento protestó, que echaba la cara arriba, por momentos violento, por lo que los ayudados que le pegó y el intento de ejecutar pases con la zurda tuvieron su mérito. 

Epilogó lidiándolo y tras un valeroso desplante, fue reconocido. Dejó una estocada apenas tendida delantera que tuvo efecto, y el público, emocionado, pidió la oreja, concedida de manera generosa, que además le tributó inexplicables aplausos al burel camino al destazadero.

Francisco Martínez ante el que cerró plaza, un burel alto y largo, saludó con dos largas de rodillas en tablas, para de pie bregarlo tras acortar la embestida y puntear la res el percal. Recibió apenas un puyazo y banderilleó con un cuarteo, un violín y un sesgo hacia afuera, par en el que le echó violentamente la cara arriba el animal. Comenzó con pases por alto, para enseguida realizar una meritoria faena a un toro parado y aquerenciado que poco quiso cooperar con el torero. Tras lidiarlo, cobró una certera estocada, que por ello le valió una oreja.

Antes, con el tercero, Martínez toreó bien en las primeras verónicas, aunque después se dejó enchanchar el capote. Quitó con dos saltilleras y recorte. El público también vio banderillear a los tres toreros, con un cuarteo de El Zapata, que dejó solo un palo; un buen cuarteo de Téllez y el par de la moviola, muy aplaudido, de Martínez. 

Comenzó por alto con la muleta y entendió a un toro que tuvo fijeza, voluntad y nobleza, aunque justo de fortaleza, lo que no le permitía repetir las acometidas. Hubo también buenos pases por el pitón izquierdo. El astado dio de sí, tornándose protestón cuando el torero se obstinó en robarle otra tanda de pases que ya no tenía la res. Señaló un pinchazo y una estocada. Hubo algunas palmas en el arrastre al animal.