Gilio confirmó el ánimo del que goza ante este público desde que se presentó el año pasado, y con su segundo toro, el que cerró plaza, desde el capote estuvo inspirado, ejecutando dos mandiles y un recorte a un ejemplar que tardó en enterarse.

Cumplió en el caballo el de Xajay, y con la muleta, tras ejecutar tres pases por alto de rodillas, el toro mostró su importante fijeza, docilidad, obediencia y nobleza, situación que el torero de Torreón aprovechó para realizar un trasteo largo, de ayudados acompasados, largos, sentidos, que calaron en el público, que no tardó en reaccionar.

La faena tuvo improvisación y variedad, lo que hizo que el respetable se involucrara en un trasteo importante, con un toro, que aunque le faltaba ese punto de chispa, fue un derroche de voluntad, de entrega, obediencia, nobleza y repetición que pocas veces se ve, por lo que la asistencia, casi al final de la labor del torero, un sector comenzó a pedir el indulto, situación en la que no cayó el juez de plaza, pero, misma razón, le hizo privarse de un triunfo, porque el torero, entonces lo pinchó hasta en tres ocasiones. El lagunero dio una vuelta al ruedo con fuerza, y a la autoridad se le fue de menos ordenar la vuelta al ruedo a los restos del importante astado, así como al de rejones.

A su primero lo saludó de rodillas con la muleta, luego trastabilló y fue prendido, dando la impresión de que había sacado alguna lesión. Ante un toro violento, que solo tuvo media acometida, o que más bien, arrollaba, estuvo firme, basando su trasteo por el pitón izquierdo, labor que tuvo cierto eco en el tendido por la voluntad. Lo despachó al segundo golpe con el descabello, para escuchar palmas.

Funtanet aprovechó muy bien al cuarto toro de la corrida, con el que realizó pasajes muy toreros, que hicieron disfrutar a la concurrencia. Se rodó bien con un animal pronto y emotivo, pasando en falso en el primer rejón, ante un franciscano pronto de salida, dejando finalmente el primero a la tira. Hubo galopes a dos pistas en lomos de un colorado, y un sesgo al estribo, muy aplaudido.

Más tarde vinieron dos palitroques de frente en los medios al estribo. Se arrancó a los cites de largo el animal, protagonizando embroques comprometidos al sesgo. A pie, la res fue muy entregada, permitiéndole clavar tres banderillas de frente con verdad, arriba de un espectacular tordillo.

Los Forcados de Pachuca tuvieron que realizar tres intentos para poder pegar a un toro que lo estaba (pegado) desde el primero, mostrando un año más que no atraviesan un buen momento. Luego, el jinete clavó tres rosas a la media vuelta, y con el rejón mortal, dejó una estocada perpendicular trasera, para cortar una merecida oreja, y una más que pidió el grueso del público, que resultó generosa, y así dar la vuela con el forcado, yéndose el toro con ovación hacia el destazadero, pasándosele a la autoridad ordenar, por lo menos, un arrastre lento.

Con el ejemplar que abrió plaza, Funtanet se rodó bien, porque el de Villar del Águila fue pronto y emotivo. Galopes a dos pistas en lomos de un espectacular colorado, y un sesgo al estribo, muy aplaudido. Clavó dos banderillas de frente en los medios, al estribo. Realizó dos violines en los tercios, que le ovacionaron.

Los Forcados Hidalguenses protagonizaron un emotivo primer intento, con técnica y serenidad por parte del forcado de cara, que les valió una emotiva ovación. El jinete después dejó dos banderillas al sesgo, para luego señalar un pinchazo hondo tendido y rejonazo delantero caído, con el que hizo una muerte de bravo el animal. Dio vuelta con el forcado y palmas al burel.

Héctor Gutiérrez no las tuvo consigo esta tarde pese a su voluntad. Ejecutó buenas verónicas al segundo toro del festejo, que en algún momento echó las manos por delante de salida, rematando el diestro con un recorte, que le aplaudieron con fuerza.

Lo llevó al caballo, donde recibió un puyazo, cumpliendo. Con el empaque que le caracteriza a este torero, se hizo del burel, para luego correrle la mano con temple. La res tuvo fijeza, clase, y que en su comienzo conectó con el público, pero después, empezó a acortar la embestida y a echar la cara arriba y, de un trasteo que parecía que remontaría, se quedó en buenas intenciones. Dejó tres cuartas raciones de acero traseras y tres golpes de descabello, para ser aplaudido al irse a la barrera.

A su segundo pareció no entenderlo por lo que abrevió su labor de muleta, luego de intentar correrle la mano. Señaló una estocada caída apenas trasera y escuchó división de opiniones, pasando esta feria inadvertido.