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Miriam Cabas, perfumado acento del sur

Domingo, 07 Sep 2025    ZAC, Zac.    Juan Antonio de Labra | Enviado          
La gaditana cortó sendas orejas y salió a hombros en Zacatecas
El primer festejo de la Feria de Zacatecas comenzó con buenos augurios para el resto del ciclo, ya que la novillera española Miriam Cabas cortó sendas orejas y salió a hombros, para dejar su nombre inscrito en los anales de la Monumental, que el próximo año cumplirá 50 de inaugurada, con este afortunado debut.

Y no resulta fácil que una torera, en su segunda novillada con picadores, haya conseguido este importante logro que viene a demostrar, por enésima ocasión, que el toro no pide el pasaporte ni pregunta el género. Se es torero –o torera, en este caso– o no se es, y de esta manera tan natural, la novillera nacida en Los Barrios, provincia de Cádiz, nos trajo ese aire fresco, con su perfumado acento del sur.

Porque Miriam sabe torear, evidentemente, y no es que aún haya adquirido un sólido oficio, ni mucho menos, pero sí que tiene valor, la intuición para colocarse bien entre los pases, correr la mano a los novillos y matarlos por derecho. Y si a ello sumamos que tiene carisma y conecta con el público fácilmente, la empresaria Tomasina –su flamante apoderada– ya tiene una nueva ilusión por delante.

Al primer novillo de su lote, muy en el tipo del toro de San Mateo de otra época, lo entendió a la perfección, y le dio el sitio preciso para encelarlo a embestir, lo que el de Monte Caldera hizo con cadencia, metiendo la cara con transmisión.

Ya desde ahí el público había sintonizado con la gaditana, que anduvo con desparpajo por el ruedo de la Monumental, haciendo lo que sentía a cada tramo de una faena con bonitos cambios de mano, de gracia sevillana, y abrochando las series con largo y sentidos pases de pecho.

También por el pitón izquierdo ejecutó naturales sueltos de buena factura, pero mejor todavía estuvo con la mano diestra, en pasajes de toreó que caló en los tendidos, para los que su presentación en México fue una grata sorpresa.

A la hora de matar señaló un primer pinchazo que no emborronó un ápice su entonada actuación, y cuando la psicosis de que viniera otro pinchazo más se disipó, fue porque se fue derecho detrás de la espada y cobró una estocada eficaz que le puso en las manos la primera oreja, que bien pudieron haber sido dos si hubiera conseguido matar al primer viaje.

Contenta con el triunfo, y visto que tenía la tarde y al público a su favor, no desaprovechó las nobles embestidas de salida del sexto novillo para recetarle un ramillete de estupendas verónicas en las que asentó las zapatillas en la arena y jugó los brazos con mucha soltura, en lo que representó el momento más artístico de la tarde por su belleza expresiva.

De ese pellizco demostrado en varios detalles de ambas lidias, una vez más floreció ese toreo sureño, dotado de un aroma especial, y aunque el de Monte Caldera llegó sin emplearse a la muleta, Miriam le dejó siempre la tela puesta en la cara para tirar de él con la entrega de quien se siente segura de sí misma.

Una vez más, un pinchazo no minó su ánimo, ni el del público, y máxime que al segundo intentó volvió a estar certera con la espada para cortar otra oreja, la que le abrió la Puerta Grande de par en par en una tarde que terminó con una pertinaz llovizna que sólo vino a refrescar el ambiente, como el toreo de Miriam, que ahí tiene por delante mucho camino por recorrer, pero con toda la actitud y la raza para seguir avanzando en una profesión en la que apenas está dando sus primeros pasos.

Ese mismo carisma contagioso de Miriam tuvo la entonada actuación de César Ruiz, que vino a dar rienda suelta a su imaginación capotera y con las banderillas, amén de los adornos y detalles que intercaló en sus dos faenas, de las que la primera, con el novillo que abrió plaza, tuvo instantes de buen toreo, no obstante que el novillo se frenaba a mitad del viaje y arrollaba con la cara alta.

Una estocada perpendicular y contraria, hizo doblar pronto al de Monte Caldera y así fue como el alegre hidrocálido cortó la primera oreja del festejo y de la feria, antes de torear bajo la tormenta que se desató en el cuarto ejemplar de la tarde, con el que volvió a estar dispuesto y variado en los tres tercios.

El que tuvo el santo de espaldas, fue el zacatecano Juan Flores, que tuvo la mala fortuna de escuchar tres avisos en cada uno de sus novillos, derivado de un pésimo desempeño con la espada y el descabello. Y fue una pena que eso sucediera por esta tierra está deseosa de que salgan más toreros, pero hoy no pudo ser y esta actuación deberá servir de reflexión para Juan.

A favor de él cabe destacar su saludo capotero, de rodillas y en los medios al segundo novillo de la tarde, y algunos otros detalles sueltos que no adquirieron la relevancia debida, ya que el compromiso le vino grande y quizá no estaba debidamente preparado para afrontarlo, por lo que en varios momentos de la tarde sufrió desarmes producto de su ausencia de fibra y mando. La gente le exigió, y con justa razón, máxime después de ver a sus alternantes, sobre todo a Miriam que hoy, como torera, y también como mujer, porqué no decirlo, fue la vara de medir del aficionado.

Mañana otros tres toreros zacatecanos harán el paseíllo en la Monumental: Antonio Romero, Ángel Espinoza "Platerito" y César Pacheco, que tomará la alternativa, en presencia de sus paisanos y de Isaac Fonseca, en la Corrida del Gobernador, con ocho toros de Vistahermosa. Por lo pronto, ahí queda la afortunada actuación de Miriam como ejemplo de ambición.

Ficha
Zacatecas, Zacatecas.- Plaza Monumental. Primer festejo de feria. Dos tercios de entrada (sólo se abrió el numerado), en tarde espléndida hasta el 4o., porque después cayó una tormenta que terminó en pertinaz llovizna. Novillos de Monte Caldera, desiguales en hechuras, de poco juego en general, salvo el 3o., que tuvo calidad. Pesos: 400, 351, 390, 354, 405 y 413 kilos. César Ruiz (verde hoja y oro): Oreja y ovación. Juan Flores (grana y oro:): Pitos tras tres avisos en su lote. Miriam Cabas (verde botella y oro): Oreja y oreja. Incidencias: Sobresalieron en banderillas, Jorge Delijorge y Rodolfo Martínez.


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