Llegamos a la última novillada de la temporada, para no variar, el bloque ganadero resultó otro buen encierro, como ha sido la tónica durante el ciclo, y aunque algunos novillos se fueron con las orejas al tirón de los percherones, se debe juzgar en cierta medida al rodaja de cada uno de los novilleros, que relativamente son nuevos.
Juan Manuel Ibarra se alzó como triunfador del último festejo luego de cortar la única oreja de la tarde. El viento desdibujó su quehacer con el capote, aunado a que el novillo parecía acusar debilidad. Para tratar de subir la tónica de su actuación, cubrió el segundo tercio con ciertas facilidades.
La faena se alargó, el torero insistió por ambos pitones pero el de Torrecilla no tenía las mismas cualidades que los primeros tres que saltaron al ruedo. Tras una faena esforzada, entró a matar con todas las de la ley, dejando una estocada una entera que hizo que el público solitaria la oreja con fuerza.
Luz Elena Martínez sorteó un buen ejemplar de Torrecilla, con trasmisión, calidad y nobleza, desde que se abrió de capa la torera cuajó el toreo por verónicas, pese a que el viento molestaba con fuerza. Luego hizo un excelente quite, por ceñido y templado, con el reverso del capote, mismo que remató con una vistosa revolera. Ya con muleta en mano el viento llegó con mayor empuje, era difícil la encomienda, tal vez por ello no estaba del todo confiada.
Los mejores trazos los realizó por el pitón izquierdo, dejando muy gratas sensaciones, al grado que la afición estaba muy pendiente de lo que se realizaba en el ruedo. Ajustados muletazos por alto para cerrar su labor, para luego con la espada dejar una mala estocada, situación que la alejó de la posibilidad de cortar una oreja.
Julio Ventura "Venturita" tiene movimientos corporales muy particulares que incorpora a su toreo, y que de cierta manera llaman la atención del público, además de tener un carisma nato. En su intervención por quites realizó uno por navarras. Que decir del segundo tercio, con facultades y muy vistoso.
La faena mantuvo el interés del respetable, por el derecho el novillo se vencía por la mala colocación del torero, quien optó por el toreo al natural, haciéndolo bien. Volvió al sendero derecho donde se llevó tremenda voltereta, de inmediato se incorporó para continuar la lidia, cosa que la afición le agradeció. Un tanto ajetreado culminó su labor con ayudados por alto, a estas alturas la gente estaba entregada, pero los pinchazos llegaron para mala surte del torero.
Fernando Gaona tiene buenas maneras, lo pudimos apreciar al inicio de su faena cuando por doblones llevó al novillo hacía los tercios. Tardó en tomarle la distancia, pero cuando le dejaba la muleta delante le cuajaba muy buenos muletazos. Su trasteo tuvo ciertos altibajos por lo cual no se redondeó la faena, misma que no pudo culminar de buena manera con el acero.
Emilio Saavedra nos regaló un bonito quite por tafalleras. El novillo tenía buenas cualidades para el triunfo, el joven novillero fue poco a poco haciéndose de él hasta meterlo en la muleta, pero no había rotundidad en los trazos para que calaran en los tendidos. La faena también tuvo ciertos altibajos que mermaron en el resultado, pero hay cosas bastante rescatables de este coleta.
Eduardo Sebastián se fue a portagayola prácticamente pegado a la puerta de toriles, el novillo salió brincando de la larga cambiada de rodillas, fue lo más sobresaliente con el capote. Luego del brindis generalizado, comenzó toreando por alto con toque de muleta y toque con la voz, de inmediato solicitó la pelea de gallos, situación que desaprobó la afición.
Sus procedimientos no fueron del agrado para todos, especialmente a la hora de quedarse quieto, pues le costaba, los toques fueron bruscos y la estética está ausente, pero debo admitir que a una parte de los presentes les agradó bastante su quehacer, incluso generó la división.
La afición quería espectáculo, y a decir verdad algunos muletazos fueron largos, el buen novillo de Torrecilla le permitió expresar su toreo, que dicho sea de paso, todas las versiones son válidas, y muy a su manera le hizo fiesta.