Mario no lo vio claro con el capote, por lo que decidió bregar al novillo, el cual metía la cabeza en los vuelos. Fue mal picado por el varilarguero, mientras que el segundo tercio el subalterno Nazareth Martínez lució con banderillas. Comenzó su faena con trazos largos, donde el novillo acometió con singular alegría. Llegó la primera tanda por el derecho haciendo que la afición se metiera de lleno en la faena.
La segunda tanda estuvo todavía mejor, hubo rotundidad y acoplamiento, el novillo estaba definido, su bravura y calidad hicieron que la afición vibrara al hilo de sus asientos, Mario estaba cuajando al de Pazoblanco, por el izquierdo se notó un tanto apuradillo y no logró encontrarle el tranquillo, por lo que regresó al sendero de la diestra.
Cierto sector del público llegó a protestar sus procedimientos, considerando que el novillo estaba por encima del torero, también es importante mencionar el número de festejos que tiene en su corta carrera, para hacer una opinión sustentada, lo cierto es que los olés más profundos llegaron durante su labor, mal estuvo con la espada dejando escapar el triunfo que le había brindado Pazoblanco.
Bonito quite por caleserinas con el primero de su lote. Mientras que con la muleta hubo tuvo altibajos, ante un ejemplar de La Playa que tenía nobleza pero le faltó un punto de transmisión, lo que impidió que la faena tuviera eco ante la afición.
Abrió plaza César Fernández "El Quitos" con un novillo que se arrancaba a la distancia, tras ser picado en dos ocasiones Mario aprovechó el turno que le correspondía en quites para ejecutar saltilleras, mientras que Fernández hizo lo propio por chicuelinas. Los primeros trazos con muleta fueron con mando, alargando el brazo, el de La Playa acometía al engaño de manera codiciosa y el torero aprovechó esa buena condición, una y otra vez acudía al engaño, incluso un sector del público le recriminó su actuar por verse en momentos algo atropellado. Por el izquierdo no tenía esa embestida clara, incluso casi se lo lleva por delante al quedar descubierto del engaño. Estuvo mal con la espada, dejando escapar el corte de una posible oreja.
A su segundo lo toreó bien por verónicas. Su faena fue breve, el novillo dejaba estar, pero echaba la carita arriba al final del muletazo, la música llegó para acompañar su trasteo pero Fernández de manera respetuosa solicitó guardar las notas musicales para otra ocasión, el novillo fue deslucido por lo que costaba tener impacto con la afición, al final el respetable reconoció su labor.
El español Víctor Barroso toreó bien con el capote, tanto por verónicas como por saltilleras, y aquí también intervino El Quitos en un quite por caleserinas. El hispano caminó hacia los medios con muleta en mano, echó las rodillas en tierra y citó al de La Playa, el cual se arrancó de largo, cuajando un cambiado por la espalda y luego una tanda por el derecho.
Con oficio hilvanó tandas de gran manufactura por el derecho, pero después de la tercera tanda el novillo se fue quedando cortito, ya no había ligazón entre muletazo y muletazo.
El último de la tarde fue un novillo complicado, en el cual el torero estuvo voluntarioso, no había mucho por hacer. Perdió la brújula con el acero por lo que fue recriminado por el público al término de su actuación.