Axel López cayó de pie ante la afición de Zacatecas, donde hoy cortó tres orejas y se convirtió en el máximo triunfador de la feria que llegó a su final este domingo, con una novillada que resultó interesante, tanto por lo que hizo el tapatío como por el juego de los novillos de Guadiana, dos de los cuales tuvieron nota alta.
Y así, de golpe y porrazo, el carismático novillero tapatío, se granjeó el cariño del público que acudió esta tarde a los toros, para disfrutar un festejo en el Juan Querencia también brilló con el que abrió plaza y César Fernández "El Quitos" apenas y pudo mostrar su actitud con el lote menos bueno del encierro, incluido un ejemplar de regalo que tampoco ofreció muchas opciones de triunfo.
Con un toreo variado, animoso, tanto de capote, como en banderillas y con la muleta, Axel mostró una actitud de novillero con ambición, no obstante que apenas se encuentra en el primer capítulo de su carrera, pues apenas debutó vestido de luces este mismo año en la plaza "Alberto Balderas" de Autlán de la Grana, y la de hoy era la sexta novillada.
Hoy conquistó al Primera Puerta grande de su vida, y tuvo la suerte de que fuera en una plaza monumental con proyección, por lo que este triunfo tuvo un mayor calado que, seguramente será un magnífico aliciente para seguir creciendo como torero.
Al tercero, que fue un novillo bravo y emotivo, lo toreó bien a la verónica y luego lo llevó al caballo con chicuelinas al paso; más tarde le hizo un quite combinado de chicuelinas y tafalleras y cogió los palos para cubrir el segundo tercio en medio de la algarabía del público, que a estas alturas de la tarde ya estaba completamente de su lado.
La faena tuvo estructura y el tapatío aprovechó a cabalidad la humillación y calidad del novillo de Guadiana, que llevó por nombre "Ganadero", para hacer una faena recia, en la que hubo pasajes de temple, y ligazón en un palmo de terreno, girando sobre los talones. Al final la quiso abrochar con unas manoletinas de rodillas, y en el primer muletazo el novillo lo cogió de fea manera, afortunadamente sin herirlo, lo que caldeó aún más el ánimo en el tendido.
Las bernadinas finales, un tanto apurado, con el arrebato propio del novillero con ansias de eso, de novillero, aportaron mayor emoción al trasteo que terminó de una buena estocada en la que se fue derecho detrás de la espada para que le concedieran las dos orejas del novillo, que fue premiado con la vuelta al ruedo.
El sexto fue noble y aunque no tuvo la duración y el recorrido del tercero, también le permitió a Axel mostrar esa faceta de torero entregado desde el comienzo de la lidia, en al que volvió a ponerle chispa con el capote, en un quite por zapopinas y luego clavar tres pares de banderillas, sobre todo uno bautizado como “la moreliana”, invención de Jesús Solórzano hijo.
Ese par de banderillas en los medios, tras pasarse al novillo por la espalda y luego encontrárselo en los medios para clavar un cuarteo, tuvo mucha exposición. Después vino otra faena alegre, con buenos muletazos en redondo y naturales en los que procuró llevar tapada la cara del novillo para tirar de él, y como mató de otra estocada entera de rápidos efectos, la gente no dudó en pedirle la tercera oreja que le fue concedida, para conquistar así esa anhelada salida a hombros.
Juan Querencia hizo al primero de la tarde una faena seria, con buenos pasajes de toreo por ambos pitones, a la que acaso le faltó un punto mayor de ceñimiento para haber conseguido un impacto más fuerte entre el público. El queretano mostró su madurez y temple, mientras el novillo, que se llamó "Generoso", y estaba rematado de carnes, tuvo una embestida extraordinaria por su largueza, humillación y duración.
Una estocada entera, un tanto tendida, fue suficiente para despacharlo y así le cortó un trofeo, que de haberse aplicado a fondo debieron ser dos, porque a novillos de tal calidad no hay que dejarlos ir con ninguna oreja puesta al destazadero.
En el cuarto, que quizá era el más hecho de todos, estuvo otra vez centrado y resolutivo, en una faena digna, pero sin llegar a las cuotas de la anterior, y así se despidió con algunas palmas del público que vio con agrado su segunda actuación en esta plaza, donde ya había toreado en la feria de 2022.
A diferencia de sus alternantes, El Quitos pechó con el lote deslucido del encierro de Guadiana, con el que estuvo esforzado en distintos pasajes de las tres faenas que hizo, pues regaló un sobrero de menor trapío que tampoco aportó emoción a la lidia.
Aseado, tenaz y valiente, el torero nimeño estuvo por encima de las condiciones de sus tres ejemplares, pero al final, y por desgracia, quedó inédito.
Con buen ambiente en el tendido, y un público compuesto por familias, concluyó la feria de Zacatecas, con un significativo repunte de asistencia con respecto de los dos años anteriores, síntoma inequívoco de que la Fiesta Brava se encuentra en su fase de recuperación en una de las plazas más emblemáticas de México. Que así sea.