Arturo Macías regresó a Zacatecas un año después de haber toreado su última corrida, una vez que su cuerpo le dijo que ya no podía más, y tuvo que retirarse de manera obligada por la lesión del hombro derecho, producto de la grave cornada sufrida en Aguascalientes en la Feria de San Marcos de 2023, que lo mantuvo un mes en el hospital.
En este reencuentro con la afición, titulado "Vivir sin torear", que estaba en el programa del Ciclo Cultural Taurino, patrocinado por la empresa Don Bull Productions, la Sala "Mauricio Magdaleno" de la Cineteca de Zacatecas se abarrotó, y más de un centenar de personas disfrutaron de la sinceridad y el carisma del torero hidrocálido, que desde hace varios años ha destacado como un magnífico orador.
"Es la primera vez que llego a Zacatecas a mediodía y no tengo miedo”, recordó al comenzar una agradable charla a la que antecedió la proyección de un video del debut de Arturo como novillero en la Monumental, por allá del año 2002. Posteriormente, se emitió su gran faena al toro "Cuatro Caminos", de la ganadería de Xajay, durante el mano a mano que sostuvo con José Tomás en la Plaza México en 2009, y que lo puso en figura del toreo.
Con esta atmósfera y una emoción especial, la charla discurrió con la naturalidad que tanto Francisco Esparza como Juan Antonio de Labra fueron tejiendo para que Macías fluyera de una manera natural y se remontara a los inicios de una carrera marcada por el ejemplo de su padre, el esfuerzo, la dedicación y la dureza del toro, aprendida en España de la mano del inolvidable Antonio Corbacho. Y a partir de ahí, habló de muchas cosas importantes con una asombrosa claridad de ideas.
"Entre el miedo y el valor no hay diferencia, porque somo lo que pensamos. El pensamiento nos lleva a una emoción y ésta a la acción. Saber entender nuestro pensamiento es fundamental para encontrar la inteligencia emocional que nos lleve al equilibrio, que es lo más difícil en la vida". Frases como las anteriores cautivaron a la audiencia, que siguió con mucha atención sus palabras cargadas de sencillez.
Y también hablo de su familia, de cómo conoció al amor de su vida: Esther, su mujer, que estaba presente, así como de Lucía y Arturo, sus adorados hijos, y cómo es que ahora ellos viven esta etapa de su retiro de los ruedos. Además, comentó el sueño cumplido de tener olivos y convertirse en agricultor de un árbol del que está enamorado, precisamente en su Finca Cuatro Caminos, producto de su triunfal y sangriento paso por los ruedos, en los que padeció más de 30 cornadas y varias fracturas.
A lo largo de una hora y media Arturo Macías contestó las preguntas que le hicieron los periodistas, y la gente que acudió pudo conocer la faceta humana de un torero que sigue teniendo al toro como un ser referencial en su vida, al que vive agradecido porque gracias a él pudo realizarse como persona y hoy día goza del cariño de la gente, como el que aquí le entregaron en Zacatecas en este inolvidable evento.