Las faenas que realizaron fueron de corte diferente, ya que mientras que Origel tuvo que eslabonar una labor meritoria ante un novillo medido de fuerza, Axel hizo disfrutar al público con una labor variada y vistosa, con un ejemplar que permitió mayor lucimiento e, inclusive, lo llevó a escuchar gritos de "¡torero-torero!".
Se lidió un encierro integrado por cinco novillos de la ganadería San Marcos, cuyo criador, Marcos García Vivanco, dio vuelta al ruedo junto con Axel al término del festejo, así como por un novillo de San Isidro, corrido en cuarto lugar.
El primero en entrar en acción fue Patricio Ochoa, que debió echar mano de su experiencia para conjuntar una labor con un ejemplar ante el que mostró buen manejo con el capote, y después de hacerse de las embestidas del burel, lo domeñó para ejecutar una labor con estructura y seriedad. Escuchó palmas tras aviso.
Efrén Cabrera se sacó la espina del traspié que recién sufrió en la Plaza México. Esta vez mostró un desempeño con seguridad y firmeza, a pesar de haber resultado prendido sin consecuencias, al intentar recibir al toro, de rodillas, para realizar una larga cambiada en los medios.
Una vez que se repuso del golpe, se plantó en el ruedo para ligar tandas y sorprender a la gente al correr la mano con calidad en pases "de aquí hasta allá". Al no estar fino con el acero, recibió un aviso y se retiró en silencio. Pero su actitud ahí quedó.
Andrés Origel gustó por la variedad que mostró con los lances que ejecutó ante un novillo que tuvo un buen inicio, pero que pronto mostró debilidad. El esfuerzo del torero permitió que la faena, que había transcurrido entre altibajos, tuviera un entonado final. Luego de colocar media estocada con tendencia, el público insistió al juez que concediera la oreja y éste optó por otorgarla de manera un tanto benévola.
El mexiquense Ángel Gabriel, con el cuarto novillo, de San Isidro, y el hidrocálido Carlos Luévano, con otro de San Marcos, tuvieron escasas opciones, no obstante, jamás desfallecieron sus intentos por agradar y ejecutaron faenas dignas que fueron del agrado del público.
Axel López le cambió la cara al festejo y permitió que los aficionados se fueran a casa con un agradable sabor de boca al finalizar el festejo, ya que al tapatío le correspondió el novillo que tuvo las mejores condiciones para la realización del toreo y lo aprovechó a carta cabal, mostrando así que avanza en la profesión, a unos días de su debut en la Plaza México, que está previsto el próximo domingo 1 de septiembre.
El torero tapatío conectó con el tendido desde sus primeras intervenciones con el capote. Colocó vibrantes pares de banderillas y le brindó el novillo al matador Leonardo Benítez. Con un ambiente a su favor, inició a una emotiva faena en la que mostró que está dispuesto a ganarse un sitio importante entre la torería nacional.
Más tarde, su faena estuvo plagada de entrega, buenas maneras, variedad y temple. Aunque no consiguió dar muerte al de San Marcos al primer viaje con la espada, aun así le cortó una oreja que le fue otorgada de inmediato por el juez de plaza, entre el beneplácito del público, que vivió con mucho entusiasmo su debut en esta plaza.
Al final de la jornada, Axel invitó a dar la vuelta al ruedo al ganadero Marcos Garcia Vivanco y uno de sus sobrinos, y recibió el trofeo en disputa de manos de Tomasina.