El "Palacio del Arte" de Morelia registró tres cuartos de plaza en un cartel donde se anunciaba la presencia del esteta madrileño Julián López “El Juli”, que junto al guanajuatense Israel Téllez le dieron la borla de matador de toros a Rodolfo Chávez “El Chato” con astados de El Junco que en general, estuvieron bien presentados, escasos de fuerza, sobresaliendo el corrido en quinto lugar.
El guanajuatense Israel Téllez, fiel a su costumbre salió por todas las canicas desde que se abrió de capa, verónicas, chicuelinas y hasta unas retadoras lopecinas fueron parte de su repertorio con el percal; cubrió con más voluntad que efectividad el segundo tercio
Con la muleta estuvo muy voluntarioso; el toro se agarraba al piso y regateaba las embestidas, pero el torero estuvo insistente hasta conseguir el reconocimiento del público, al final y luego de una desplante oportuno y muy torero, consiguió dos orejas.
Con su segundo corroboró su tremenda actitud y ganas de llevarse la tarde. De capote poco pudo hacer, pero se superó notablemente en banderillas y en el tercio mortal estuvo realmente bien, corrió la mano a placer por el perfil derecho, muletazos de calidad, largos y emotivos.
Su faena variada y emocionante, con desplantes toreros y la total entrega de un torero que buscó desde el inicio el triunfo. Al final estocada entera en buen sitio para recibir las dos orejas y el rabo que paseo con el ganadero Fernando Ochoa “El Tiquis”.
Julián López dejó en claro su maestría y total conocimiento de la lidia, con su primero, segundo de la tarde, instrumentó ceñidas chicuelinas para escuchar una cerrada ovación y con la franela conquistó valiosos momentos ante un toro con calidad y recorrido, pero falto de fuerza al que le costaba trabajo acudir a la invitación del español
Sin embargo, El Juli estuvo tesonero y muy metido en los terrenos del toro, el español le exprimió muletazos valiosos en faena poderosa y emotiva. Al final pinchazo y gran estocada para recibir una merecida oreja.
El cuarto de la función taurina salió bizco del pintón izquierdo, el público protestó fuertemente pero no se cambió al toro, que además fue poco colaborador con el torero que estuvo dispuesto, pero el público nunca le valoró su quehacer. Falló con el aceró en dos ocasiones y se retiró en silencio al callejón.
Con el que abrió plaza el moreliano Rodolfo Chávez estuvo bien de capa lanceando a la verónica y luego de varas quitó por chicuelinas, breve pero emotiva fue la ceremonia en la que se convirtió en matador de toros ya en el tercio mortal, estuvo muy a la altura de las circunstancias, el toro le faltaba fuerza y calidad y colaboró limitadamente con el torero local que tuvo solo instantes de buen torear, al final falló con la espada pero dio una merecida vuelta al ruedo.
Su segundo fue regresado a los corrales pues tenía el pitón izquierdo flojo, y fui sustituido por el primer reserva, con este estuvo voluntarioso, pero fue poco lo que pudo hacer, fallando con el acero y retirándose discretamente al callejón.