Como parte de la inclusión e igualdad de género que se vive en muchos aspectos de la vida hoy en día, tocó a Ileana Hernández Flores ser la primera mujer alguacil de la Plaza México, donde debutó en la primera novillada de la temporada que se realizó el sábado pasado, donde entregó una oreja a César Ruiz.
Originaria de la Ciudad de México, nació el 25 de mayo de 1999, la abogada de profesión y técnico en contabilidad pasará a la historia de la legendaria plaza capitalina, al ser la primera mujer que entrega de mano los trofeos a los triunfadores; "Sigo muy emocionada todavía, ahora que están apareciendo fotos y videos, vuelvo a revivir el momento, y también estoy muy orgullosa".
La joven comentó que tenía el antecedente de que en los 78 años de la Plaza México sólo habían sido varones los que partían plaza como alguacilillos, pero ninguna mujer anteriormente: "Desde pequeña acudo a la plaza con mi papá y mi hermano, quienes trabajan en la Unión Mexicana de Monosabios, pero nunca habíamos visto alguna mujer, hasta ahora que soy la primera".
Su designación correspondió precisamente a la Unión Mexicana de Monosabios, a los que pertenecen su padre, Martín Isaac Hernández Bernal, y su hermano, Michael Alejandro Hernández Flores.
"Hubo la necesidad de integrar a un alguacilillo y en un momento se planteó que fuese una mujer. Yo me enteré de esto y no lo dudé en solicitar mi ingreso, pues ellos tenían ciertos requisitos, como que supieran montar y de que pudieran estar ahí los fines de semana y yo los cumplí y aquí estamos. Lo de la inclusión e igualdad de género claro que sí es tema, ellos también mencionaron la apertura de que en el registro hubiera una mujer y de igual forma es nuevo esto para ellos porque se trata de una mujer con los monosabios".
Como se sabe, por norma son dos alguacilillos los que parten plaza en los festejos de la Plaza México, tradicionalmente uno vestido de charro y uno de negro.
"De momento, por esta temporada únicamente, saldré yo, y probablemente para la Temporada Grande se abrirá nuevamente el registro y ahí estaremos viendo si se integra alguna otra persona".
Para la Licenciada en Ciencias Políticas y Administración Urbana, graduada por la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, y también egresada de la carrera técnica de Contabilidad, el del sábado 13 de julio será un día inolvidable en su vida.
"Al verme montada a caballo y enfilarme por el patio de cuadrillas, todos estaban sorprendidos. La verdad que por el evento previo que hubo no tuvimos la oportunidad de estar mucho tiempo ahí y al llegar los toreros y las cuadrillas ya estaban listos para salir. Fue muy poco el contacto, pero en el momento que me veían se sorprendían y me daban muy buenos deseos, fue algo muy bonito".
Agregó que al partir plaza fue algo muy emocionante, ya que estaba muy nerviosa.
"Sentía de todo, tenía ganas de llorar, ganas de sonreír, de igual forma estaba tranquila, ya que no quería transmitirle nerviosismo al caballo porque también era la primera vez que salía al ruedo. Ver la inmensidad de la plaza, escuchar la banda de música y estar rodeada de tanta gente en un espacio tan apretado como es el patio de cuadrillas no quería demostrar mi nerviosismo".
Fue en el tercer novillo de la tarde, "Luisiño", marcado con el número 122 y con 420 kilos, berrendo en cárdeno, alunarado y bien puesto, de la ganadería de Barralva, del que le tocó dar la primera oreja al novillero triunfador César Ruiz.
"Estaba muy emocionada y contenta, iba junto a mí Gamuza, un monosabio que tiene muchos años en el medio e iba apoyándome, ya que yo estaba muy nerviosa. Al tocar la oreja y sentir la sensación la apreté muy fuerte, estaba muy emocionada y luego ver al torero que se acercaba hacia mí fue un gran orgullo. Lo felicité y le hice mención que era la primera oreja que entregaba. Él me agradeció y de igual forma me felicitó y la divisa del primer toro, esa sí me la regalaron y aquí la tengo con mucha satisfacción", finalizó.