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Román y Madrid laten al mismo ritmo

Sábado, 11 May 2024    CDMX    Juan Antonio de Labra | Foto: Plaza 1           
Cortó una oreja y Leo Valadez sufrió una luxación de hombro
La seria corrida cinqueña de Fuente Ymbro despertó expectación prácticamente desde la hora del apartado, ya que había varios toros muy en el tipo de la ganadería, y con hechuras que prometían, por lo que el espectáculo estaba garantizado en la segunda fecha de la Feria de San Isidro, que provocó otra magnífica entrada en los tendidos de Las Ventas.

Y fue Román el favorecido con el lote más interesante del encierro, compuesto por un primer toro bravo y otro muy exigente que terminó por desarrollar genio. Así que, con ambos ejemplares, no desaprovechó para marcar la diferencia gracias a una entrega desmedida y una ambición de triunfo que fue muy bien recibida por el público de Madrid, que hoy latió al mismo ritmo del carismático valenciano.

Fue una lástima que el viento no le permitiera cuajar a placer al segundo, al que toreó dándole muchas ventajas desde el inicio de una faena en la que "Orgulloso" galopó con boyantía a una muleta puesta por delante, y cada embestida fue una apuesta por no resultar volteado debido a las ráfagas de viento que se entrometieron en los toques de muleta de Román, que no terminó por dar mayor importancia a este asunto.

Primero en los medios, y luego cerca del tercio, se puso delante del toro con mucha verdad y acabó haciéndole una faena recia, de menos a más, cuyo calado en el tendido fue en aumento a la par que el de Fuente Ymbro no dejaba de embestir con transmisión y profundidad, que vivió sus mejores momentos toreando al natural.

Sabedor de que le tenía cortada una oreja, se echó encima del morrillo de "Orgulloso" a la hora de matar y colocó una estocada ligeramente contraria, porque se atracó de toro, que no obligó a una larga agonía en la que el toro volvió a demostrar su encastado comportamiento. Cayó entonces un aviso que no fue impedimento para que, una vez muerto el toro, la plaza se pintar de blanco en demanda de la oreja para Román, que la paseó sonriente, convencido de que esta temporada, en la que ha cumplido 10 años de alternativa, tiene que ser importante.

Con la misma convicción toreó al quinto, un toro más reunido que no fue nada fácil y acabó embistiendo con fiereza en otra faena vibrante, que el público aquilató en su justa dimensión cuando Román le tragó en cada uno de los muletazos, varios de ellos jugándose el físico porque en cualquier momento el de Fuente Ymbro le podía echar mano.

Reciedumbre y ligazón fueron las claves de un trasteo celebrado en el tendido, que terminó de otra estocada atracándose de toro, valiente y cabal, un tanto trasera que no fue suficiente para haber cortado esa segunda oreja que le hubiese permitido salir a hombros. Pero el reconocimiento a su valor fue patente en una aclamada vuelta al ruedo que vino a rubricar el momento dulce del valenciano con la afición de Madrid, con la que volvió a encontrase luego de haber toreado el reciente 31 de marzo, cuando también cortó una oreja a un toro de Pedraza de Yeltes en la corrida del Domingo de Resurrección.

Leo Valadez venía con ganas de quitarse de la cabeza el fantasma de los toros de Victorino Martín que toreó en la pasada Feria de Otoño, y luego de un paso sin pena ni gloria por la Maestranza de Sevilla, donde hizo su primer paseíllo. Así que no desaprovechó la ocasión de haber un buen quite por caleserinas al bravo "Orgulloso", que remató con una bonita larga.

Una vez serenados los nervios, salió a lidiar al tercero con una magnífica disposición, no obstante que el de Fuente Ymbro no se entregó de salida con el capote, pero el hidrocálido no se quedó con las ganas de hacerle un quite combinado de chicuelinas y tafalleras. Visto que el toro no embestía con tranco y topaba en los capotes de sus subalternos, prefirió no banderillearlo y ver si en la muleta conseguía corregir ese defecto.

Sin embargo, el toro no dejó de puntearle la muleta al hidrocálido desde los primeros compases de la faena, y fue más adelante cuando consiguió someterlo con más autoridad en una buena tanda de redondos en la que gente comenzó a interesarse por la faena. En un exceso de confianza, pretendió ejecutar una arrucina de la que el toro le echó mano por el empeine, enganchándolo de una zapatilla y propinándole una aparatosa voltereta, además de una peligrosa paliza cuando quedó a merced.

Se levantó son mirarse la ropa para continuar en la línea de fuego y a la hora de entrar a matar lo hizo con mucha verdad, yéndose por derecho, lo que provocó que casi se encunara en el instante en que el de Fuente Ymbro le dio un certero pitonazo en la parte derecha de la cadera, mientras Leo no soltaba la espada que había quedado en todo lo alto, y a raíz de dicho empeño el toro lo zarandeo feamente y le tiró un fuerte derrote que le pasó rozando la cabeza.

Al ponerse en pie, el torero mexicano dio muestras de tener una lesión en el brazo derecho, pues se dolía de toda la extremidad, y tuvo que marcharse a la enfermería, cobijado por una ovación, nada más doblar un toro con el que demostró que no venía a Madrid de paseo, dejándole al primer espada del cartel, David Fandila "El Fandi", el toro bonito de su lote en sexto lugar, que terminó siendo noble, aunque le faltó algo de chispa.

Tanto con ese ejemplar como con los otros dos, el torero de Granada quiso agradar pero sin conseguir los resultados esperados, salvo para sus partidarios que hoy vinieron a jalearle todo, a la par que el sector más reacio de la plaza ejerció de severo crítico, sobre todo en una primera faena ante un serio castaño albardado que fue manso en varas y llegó con alegría y movilidad a la muleta, embistiendo por afuera, en una primera faena que no tuvo ceñimiento ni mando.

Y fuera de los nueve pares de banderillas que hoy clavó El Fandi, casi todos traseros, algunos con mayor exposición que otros, dejó claro que, a 24 años de haberse doctorado, su toreo sigue siendo absolutamente previsible, y más propio de las plazas de menor jerarquía que de escenarios como Madrid.

Ficha
Madrid, España.- Plaza de Las Ventas. Tercer festejo de la Feria de San Isidro. Casi lleno, en tarde calurosa, con intermitentes ráfagas de viento. Toros de Fuente Ymbro, muy bien presentados, serios y con cuajo, de interesante juego en su conjunto, de los que sobresalió el 2o. por su bravura. Pesos: 552, 549, 548, 559, 587 y 567 kilos. David Fandila "El Fandi" (azul marino y oro): Palmas tras aviso en su lote, y palmas en el que mató por Valadez. Román (azul celeste y azabache): Oreja tras aviso y vuelta tras dos avisos. Leo Valadez (verde bandera y oro): Ovación al retirarse a la enfermería, en el único que mató. Incidencias: Al final de la lidia del 3o., Leo Valadez, desgloso por su propio piel, enfermería, para ser atendido de una luxación del hombro derecho, que requirió hospitalización y estudios radiológicos y ara descartar una fractura.

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