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Sublime faena de Castella en "Aguas" (video)

Domingo, 25 Abr 2010    Aguascalientes, Ags.    Juan Antonio de Labra / Foto: Landín-Miranda           
En el cuarto festejo de feria, donde ha cuajado una soberbia faena

Después de trago amargo que supuso jugarse la vida con el complicado toro de Fernando de la Mora lidiado el viernes pasado, el destino le tenía reservado a Sebastián Castella un toro de gran clase, perteneciente a la ganadería de Begoña, al que cuajó a placer.

Pulso, colocación, temple y cadencia, fueron los argumentos de una obra de gran calado, pues la gente, que esperaba algo especial, aquilató este trasteo de significativa profundidad que fue un portento a la calidad.

Porque aquellas embestidas nobles, y templadas, encontraron su cauce natural en las muñecas del torero francés, que acarició con mimo en muletazos largos, señeros, dotados de una acusada elegancia.

Y así fue dosificando la intensidad de la faena, afianzando al toro sobre la arena hasta terminar ampliando las series, que tuvieron un exquisito acabado, y en las que ligó el natural al de pecho, mayestático, sin enmendar, en medio de la algarabía del público.

Castella estaba radiante, satisfecho, después de haber toreado con el espíritu. Y si mató de una estocada tendenciosa, eso no fue impedimento para que el entregaran las dos orejas del toro, que debió ser premiado con arrastre lento.

La faena al quinto también tuvo lo suyo: raza y seguridad; mando y temple, ante un ejemplar que embestía sin ritmo pero con transmisión. De haber estado fino con la espada, el francés hubiese redondeado un triunfo de mucha importancia.

Pero al margen de esta circunstancia, lo que verdaderamente valió la pena su faena a "Alter", ese magnífico toro de Begoña con el que deletreó el toreo.

Zotoluco mostró las dos facetas de su tauromaquia. Por una parte, un trasteo sentido e inteligente, al primer toro de la lidia ordinaria. Por otra, su deseo de triunfo y conexión con la gente.

Esa primera faena tuvo un interés especial porque el toro no era fácil y el torero supo entenderlo; llevarlo sometido, e imponerse en un palmo de terreno con autoridad.

Y al castaño corrido en quinto lugar lo toreó más de cara al público, mientras litigaba con el juez de plaza que permitiera la "Pelea de Gallos". Hay que decir que a este toro le faltó un punto de emoción, y quizá por ello no tomó vuelo el trasteo, que discurrió con esta distracción del torero buscando la música que pedía la gente.

Y es que era el día de San Marcos, y la "Pelea de Gallos" se imponía. Por cierto, sólo se escuchó durante la faena de Sebastián Castella al quinto, motivo que enfadó a más de alguno.

El Payo salió a torear más asentado, y desde el principio liberó la tensión de la noche anterior, que pasó en vela pensando muchas cosas alrededor del drama que se vivió con José Tomás.

Ahora se le notó más concentrado y suelto, y ojalá siga por este camino hasta alcanzar el nivel que tenía antes del percance de Querétaro. En sus dos faenas hubo asentamiento y entrega, pues toreó con esa reciedumbre que le caracteriza.

Pero como no estuvo fino con la espada, dejó escapar el corte de una oreja en cada uno de sus toros.

Abrió plaza el rejoneador Rodrigo Santos, que enfrentó un toro fuerte, al que clavó hasta cuatro rejones de castigo para atemperar sus embestidas. El rejoneador potosino lució montando a “Lalo”, con el que ejecutó quiebros de un gran riesgo, porque el toro terminó desarrollando sentido.

La gente vio con agrado a este veterano de los ruedos, que trató siempre de ir a la cara del toro de frente, y clavar con verdad. Tampoco estuvo fino a la hora de matar y se le fue de las manos una valiosa oreja.

La Feria de San Marcos continuará la próxima semana, con seis corridas consecutivas en las que, seguramente, habrá grandes emociones.


Ficha
Aguascalientes, Ags. Tercera corrida de feria. Tres cuartos de entrada en tarde calurosa, con algunas ráfagas de viento. 7 toros de Begoña, bien presentados, de juego manejable en su conjunto, de los que sobresalió el 3o. por su gran clase. Pesos: 472, 494, 528, 512, 477, 493 y 499 kilos. Rodrigo Santos: Palmas. Zotoluco (azul rey y oro): Palmas en su lote. Sebastián Castella (lila y oro): Dos orejas y ovación. El Payo (azul celeste y oro): Ovación y palmas. Destacó en banderillas José Luis Castañeda, que saludó. Y en varas, Ángel Juárez, que picó muy bien al 3o.


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