La brava corrida de Pozohondo que lidiaron los Alatorre el domingo anterior en la Plaza México, es una de las más importantes de cuantas se han jugado en el último lustro en el coso de Insurgentes, equiparable en emoción a la de Rancho Seco que trajeron los Hernández en febrero de 2022, para conmemorar el centenario de su divisa.
Si en su día Sergio Hernández González se aventuró a pronosticar que su corrida iba a generar emociones, en un hecho que se pudo constatar a los pocos días de lanzar aquella riesgosa declaración, los Alatorre venían hablando calladamente con el constante buen desempeño de sus toros en distintas plazas, lo que hacía albergar esperanzas de que su corrida pudiera embestir.
Pero como todo lo concerniente al toro de lidia es misterioso, y el oficio de ganadero un asunto tan complejo, siempre que uno acude a una corrida va con la ilusión de que, por lo menos, un par de toros embistan por derecho y contribuyan al triunfo. En este sentido, estamos hablando de un 33 por ciento de posibilidades de que eso suceda, independientemente de que luego los toreros sean capaces de materializarlo.
Sin embargo, y de siempre se ha dicho, los ganaderos cumplen cabalmente cuando traen una corrida bien presentada, con sus cuatro años o más cumplidos, según establece el reglamento. Después, el juego que den los toros es otro cantar, aunque a veces hemos visto muchas corridas que no aportan ninguna emoción y los toreros tienen que hacer un gran esfuerzo para triunfar con toros que no dicen nada.
En lo que va de la temporada se han lidiado cinco corridas completas y una más compuesta de dos hierros, la de las mujeres toreras, donde saltaron a la arena tres toros de Vistahermosa y otros tantos de Marco Garfias, respectivamente.
Y de todos los encierros lidiados además del de Pozohondo, el de Los Encinos tuvo importancia y había dejado alto el listón; el de Xajay cumplió sin mayor brillantez, mientras que el de Fernando de la Mora que abrió la temporada, y el de Villa Carmela del domingo 18 de febrero, pasaron inadvertidos por su falta de bravura, salvo aquel toro de nombre "Heroico" con el que Héctor Gutiérrez mostró sus credenciales y pagó su tributo de sangre.
Del resto de toros lidiados en La México, el de Marco Garfias llamado "Defensor", al que Paola San Román le hizo una inspirada faena, también ha sido otro de los ejemplares sobresalientes a lo largo de la campaña, y fue premiado con arrastre lento, el segundo apenas que se concede en la temporada conjuntamente con el del toro "Cenizo", de Pozohondo, que cerró plaza el domingo anterior.
Esperemos que las dos corridas de toros que aún faltan por venir, una de Rancho Seco para el cartel de matadores banderilleros, así como la de Fernando de la Mora para rejones, además de la novillada de Villar del Águila que cierra el ciclo, aporten esa cuota de emoción tan necesaria para que el arte del toreo alcance su verdadera dimensión.