"Es muy lamentable la perdida de don Armando Guadiana, un hombre que amaba la fiesta de los toros, ganadero de toros bravos, que le gustaba ir a muchas Ferias a Madrid, Sevilla y Aguascalientes. Algo muy importante: le gustaba muchísimo ayudar a los novilleros que empezaban. Recuerdo que le compraba al maestro Fermín por docenas, capotes y muletas para regalarlos a los muchachos. Fue un hombre muy generoso, y bueno, Dios lo tenga en paz, lamento mucho su partida.

"Don Armando era un hombre que le gustaban mucho los deportes, como el futbol americano, fue dueño un tiempo de los Saraperos de Saltillo de beisbol y apoyó a muchos jugadores.

"Un día, en una conferencia de prensa, por allá del 2005 en Saltillo anunciando una corrida de toros, lo conocí y se hizo grande la amistad. Le presenté a muchos taurinos, al maestro Hugo Jacques, a quien después le compró la plaza de toros de Durango y luego me invitó a muchos viajes a España.

"Le gustaba festejar los aniversarios de los toreros. Un día hizo un homenaje que se llamó ‘40 y 20, los 20 años de las puertas grandes de César Rincón y los 40 de las puertas grandes mías, en aquella época. Hizo un festejo muy bonito, invitó a muchos taurinos, periodistas, le gustaba echar la casa por la ventana a don Armando. Ese día invitó al maestro Canito y empezó a dibujar momentos taurinos en unos platos y cada uno nos íbamos llevando un plato con una figura taurina del maestro Canito".

"Se nos fue un gran amigo y ganadero, pero, sobre todo, un gran amigo. Estaba muy malito, pero ya descansa en paz. Se hizo socio de la ganadería de Armillita Hermanos, primero al comprar la parte que le correspondía a mi hermano Miguel, y hace casi un año adquirió casi la totalidad de la de San Fermín, así que la relación con él siempre fue de primera. Este hierro quedó a nombre de su hijo Armando, al que le ayudo a manejarla, así que la ganadería seguirá funcionando".

"Don Armando fue un gran empresario del sector minero, dedicado al área el carbón, y fue un gran amigo, mi compadre, que tuvo a bien darme esa distinción en la boda de su hija. Tuve la oportunidad de conocerlo hace unos 14 años, y lo único que tengo para él son palabras de agradecimiento por haber sido un gran taurino y decidido defensor de la Fiesta Brava. Su forma de ser era muy agradable y a mí me dio muy buenos consejos con esa franqueza y apertura que tenía, lo que generaba que le tuvieras mucho cariño y respeto. Varias veces estuvimos platicando de todo un poco, como en aquel mano a mano de José Tomás y Joselito Adame que vimos juntos en la Plaza México; recuerdo que aquel día me dijo que nunca había que mirar atrás, siempre adelante, pasara lo que fuera, y así afrontó su vida y su enfermedad. Armando era un magnífico ser humano que nos deja su compromiso con la Fiesta y con la amistad".

"Es una perdida incluso personal, porque el ingeniero siempre me tuvo en un lugar especial, siempre me consideraba en su casa y es una gran pérdida para todos, para la fiesta. Es algo preocupante porque gente como el ingeniero ya no queda mucha, gente con esa afición y con esa pasión a los toros es difícil cada día encontrarlos. Y personalmente si estoy afectado porque tuve mucho acercamiento con su familia y la verdad que tengo un sentimiento de mucho agradecimiento hacia él y la verdad que en este momento sí quisiera solidarizarme con la familia porque es una pérdida para todos y así me considero yo dentro de la familia taurina, una gran pérdida para todos nosotros. Ojalá que el día 1 de enero tenga el tino de hacerle un homenaje al ingeniero porque la plaza de Durango es propiedad de la familia, esperemos que le hagan un bonito homenaje".

"Era una persona de mucho mérito, se desarrolló profesional y empresarialmente de manera notable y luego su ímpetu de ser político que también logró muchas cosas y en su fase de empresario, ganadero y taurino contribuyó mucho a la tauromaquia. Fue un gran impulsor de toreros, de corridas, fundó tres ganaderías en lugares importantes, una en el sureste y dos acá en el norte y todo lo que hacía, lo hacía con mucho amor a la tauromaquia, lo cual es digno de elogio y buen amigo, además. Gente que sea mecenas como fue él no es fácil encontrar; si lo podía hacer porque tenía recursos, pero también podía no haberlo hecho, así que tenía mucho mérito".

"Estoy muy dolido y triste, la verdad que sí lo quería mucho. Armando Guadiana fue un precursor muy grande para la tauromaquia en la república, pero sobre todo en Saltillo, Coahuila. Dio muchísimos toros, yo toreé muchísimas corridas en Saltillo con él, incluso él era empresario cuando hice mi primera encerrona que como matador de toros fue en Saltillo. Le brindé mi toro del rabo en la Plaza México, el toro ‘Pales’, de San José, el día de la confirmación de Joselito Adame, con Enrique Ponce, la tarde que, tanto el maestro Ponce como un servidor, cortamos sendos rabos. Ese toro se lo brindé también a Guadiana, y como esa tengo infinidad de anécdotas con él.

"Una de ellas fue cuando tuve un cornalón en Perú muy grave, y él mandó su avión privado con un doctor, a Chota. Gracias a él pude salvar la pierna y a partir de ahí fue una entrañable amistad de muchas vivencias; de estar todo el día metido en la ganadería y de vivir tantas cosas, tanto con él como con toda su familia y todo su equipo. Una perdida muy grande y en lo personal me duele mucho el que se nos haya adelantado".