Alfonso Cuevas, propietario de la ganadería de Maravillas, falleció a los 69 años de edad a causa de un severo cuadro de neumonía que finalmente terminó con su vida en la Ciudad de México; en esta capital nació el 2 de agosto de 1954, y fue hijo del también ganadero Ernesto Cuevas.

Su primera corrida se lidió en Tulancingo, Hidalgo el 18 de diciembre de 1999, con seis toros para José Lorenzo Garza, Humberto Flores y Guillermo González "Chilolo", llevándose cada uno una oreja. En abril de 2008 la adquiere Alfonso Cuevas, por herencia de su señor padre don Ernesto Cuevas y de su abuelo don Carlos Cuevas Lascurain.

Una de las características particulares de esta casa ganadera es que la prueba de bravura de sus vacas se realiza a cuerpo limpio, lo brinda un sabor y estampa especial para los profesionales quienes pueden recrearse, expresar y afinar conceptos ante los ejemplares en turno.

Poncho, como se le conocía, se ganó el cariño de muchas personas de la familia taurina, gracias a su amable trato y buena conversación, elementos que aprovechó para fungir como apoderado de varios toreros durante varios años, labor que desempeñó a la par de criador de reses bravas.

El sábado de la semana pasada dirigió su última tienta (de la que se adjunta la galería de Ángel Sainos) con los matadores Manolo Mejía y Arturo Saldívar, entre otros toreros, junto a sus hermanos y sobrinos, donde terminando la jornada se trasladó a la ciudad de México para ser internado, con el lamentable final ahora conocido. 

Su cuerpo está siendo velado en la funeraria Gayoso Sulllivan de la Ciudad de México, y será sepultado en la cripta familiar del panteón español. Desde esta redacción enviamos nuestro más sentido pésame a sus hermanos Jorge y Ernesto, así como a sus varios sobrinos, en particular a Carla, conductora de televisión, y a Rodrigo, novillero en el retiro. Descanse en paz.