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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 14 Dic 2023    CDMX    Redacción | Foto: Archivo     
...tal vez estemos ante la coyuntura perfecta, en tiempo y espacio...
La felicidad de saber que la Plaza México volverá a abrir sus puertas sigue siendo tema de conversación entre los aficionados, ya que la incertidumbre vivida durante el último año y medio fomentó un sentimiento de escepticismo ante una situación que tenía distintas complejidades, y la creencia generalizada de que los toros habían sido prohibidos en la capital del país.

Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación hizo lo que tenía que hacer: impartir justicia, así que en breve se sabrá cómo avanzan los trámites jurídicos para conocer la fecha en que el coso de Insurgentes dará toros, a la espera de que los planes sean interesantes y novedosos, con la finalidad de aprovechar el momento de euforia y el impacto mediático de la noticia para procurar una renovación de la Fiesta.

Porque es posible que mucho público nuevo se interese por los toros, quizá de la misma manera que ocurrió cuando el coso estuvo cerrado por el litigio existente entre los propietarios del inmueble y el doctor Alfonso Gaona, a finales de los ochenta, que dio como resultado la conformación de aquel Patronato Taurino del Distrito Federal que surgió para rescatar a la Fiesta del ostracismo en el que se encontraba.

La "Corrida de Reinauguración", como fue anunciada, tuvo lugar el 28 de mayo de 1989, y en el cartel figuraban Manolo Martínez, Miguel Espinosa "Armillita" y David Silveti, quienes lidiaron un encierro de Tequisquiapan. En esa corrida El Rey David se consagró como figura del toreo tras una memorable actuación en la que hizo gala de quietud y sentimiento, el pedestal sobre el que, a partir de dicha fecha, levantó su profunda expresión artística.

Pero a ese hecho tan significativo habría que sumar la importante Temporada Chica de ese año, en la que se programaron un total de 28 novilladas, que sirvieron para posicionar la carrera de varios toreros y dar a conocer a los nuevos valores, un año antes de que la televisión, en canal abierto, y con la empresa ALFAGA al frente de la gestión de la plaza, llegara para dar un nuevo impulso al espectáculo taurino.

Desde entonces no se ha vivido una época de renacimiento de la Fiesta, y tal vez estemos ante la coyuntura perfecta, en tiempo y espacio, para que las cosas fluyan a favor de la tauromaquia, no obstante que los ataques serán cada vez más contantes y virulentos por parte de las agrupaciones animalistas, que hoy día están heridas en su amor propio. Pero es buen momento para sacudirse el polvo de la ropa y regresar a la cara del toro con mayor determinación a continuar la faena.

Así que llegó la hora para reivindicar los valores de la Fiesta Brava y mantener la voz en alto en contra de los atropellos de quienes pretenden prohibirla, pues ahora, más que nunca, debemos buscar el apoyo de los indiferentes, aquellos que no les gustan o disgustan los toros, pero que están sensibilizados a inclinar la balanza a favor de la legalidad, la inclusión y el respeto a las garantías y derechos de los demás.


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