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La confirmación de El Juli en La México

Miércoles, 06 Dic 2023    CDMX    Redacción | Foto: Archivo     
Ocurrió hace 25 años, la tarde del 6 de diciembre de 1998
El 6 de diciembre de 1998, hace exactamente 25 años, Julián López "El Juli" confirmó su alternativa en la Plaza México, apenas dos meses y medio después de haberse doctorado en Nimes, y el hecho sucedió rodeado de una enorme expectación y, desde luego, un triunfo incontestable.

Aquella tarde, el coso de Insurgentes registró prácticamente un lleno y se vivió un ambiente sensacional luego del exquisito sabor de boca que Julián había dejado un año antes, durante su paso como novillero en la capital del país y en el que redondeó una Temporada Chica de gran categoría.

El Juli confirmó el doctorado de manos de Miguel Espinosa "Armillita", mientras que el testigo de la ceremonia fue Mario del Olmo. Julián, que vestía un terno blanco y oro, ratificó su alternativa ante el toro de nombre "Torbellino", de De Santiago, herrado con el número 58 y 514 kilos de peso.

En palabras de José Carlos Arévalo en las páginas de 6 Toros 6: "La faena de muleta dio la medida magistral de este torero. No importó que al toro le faltara ritmo, que las embestidas se detuvieran, que la cara fuera a media altura, porque todo, absolutamente todo, lo solucionaba el poderío increíble de este joven genio de la tauromaquia". 

Tras estoquear a este toro, al que le eslabonó una faena interesante y con pasajes emotivos, saludó una cariñosa ovación desde el tercio. Lo mejor de la tarde, vino con el sexto toro, al que El Juli cuajó de principio a fin en lo que ha sido quizá una de las mejores actuaciones del maestro madrileño en la Plaza México.

"Platero", también de De Santiago, fue el nombre de este sexto ejemplar, al que El Juli recibió con suaves lances, hizo la crinolina y luego cubrió, como solo hacerlo, magníficamente el segundo tercio de la lidia. Durante la faena de muleta dejó ver el sitio que ya poseía desde aquellos tiempos y a sus escasos 16 años.

El trasteo fue realmente de antología, sobre todo por la emoción manifestada por el madrileño, aunado a la variedad con la que impregno su labor. Así, entre los gritos de "torero, toreo", surgió también la petición de indulto para el ejemplar, que fue noble y tuvo mucha clase en sus embestidas.

Y a pesar que El Juli tuvo que hacer uso del descabello -pues la estocada conseguida no fue suficiente- y perdió los máximos trofeos, le fue otorgada una oreja. Ante el júbilo, los aficionados le sacaron en volandas, emotivo colofón para una tarde de toros que pasó a la historia y en la que Julián rayó a grandes alturas.


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