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"Nunca es tarde para ser figura": El Conde

Lunes, 09 Oct 2023    Monterrey, N.L.    Martín Banda | Corresponsal     
El torero tapatío cumple hoy 30 años de haber tomado la alternativa
Alfredo Ríos "El Conde" irrumpió en un momento en el que muchos jóvenes soñaban con ser toreros, emulando a las figuras del momento. Era un jovencito cuando su tío, Rogelio Rueda, lo llevaba a las corridas de toros en la plaza "Nuevo Progreso", de su natal Guadalajara, Jalisco, y por su mente no pasaba siquiera la idea de ser novillero.

Hoy, 9 de octubre, el diestro tapatío está de plácemes al cumplir 30 años como matador de toros y lo celebra precisamente viajando a España.

"No me imaginaba ni que iba a ser novillero importante, pero las ganas, el hambre y la decisión de hacer las cosas, me fue llevando tarde a tarde a lograr el objetivo y me hice matador de toros con figurones del toreo y apoderado por Manolo Martínez. Nadie creía que iba a llegar a ser matador de toros, pero el que creí, el importante, era yo y lo logré".

Nacido el 23 de diciembre de 1974, Alfredo era un aficionado de tendido y practicante en ciernes de la charrería.

"Un día, mi tío Rogelio, que es charro y quien me inculcó la charrería, me dijo que lo acompañara a una novillada y recuerdo el día: 25 de diciembre de 1986. Le dije que eso (las novilladas) no me gustaban y entonces me reviró: "Si no me acompañas ya no te llevo a las corridas de toros" ¿y qué crees?, que me encantó la novillada".

Tiempo después se decidió a probar suerte y fue a la plaza de toros a entrenar junto a los demás toreros y conoció a Alfonso Hernández "El Algabeño", quien fue su primer maestro. Lo primero que le dijo fue, si quería torear y ser alguien en el medio, tenía que hacer cosas distintas y así comenzó a ejecutar las suertes antiguas, como el salto con la garrocha, el tancredo y las banderillas cortas en la silla. 

Me fue bien con esas suertes y ya con un tiempo recorrido me presentó con Curro Leal, para hacer una prueba a ver si servía como torero. Me echaron un toro en la Plaza México, lo bordé y le gustó a Curro y de ahí me dio mi debut el 6 de junio de 1991 en la México".

Alfredo comenzó a torear ya mayorcito, cuando ya muchos novilleros habían debutado, él apenas comenzaba. Su debut en el coso de Insurgentes llegó a los 17 años.

"En esta profesión nunca se termina de aprender. Hay muchos toreros que ya están con alternativa, los ves y dices ¡joder!.. Y yo igual no te creas, en el toreo nunca terminas de aprender. Todavía aprendo muchas cosas, sobre todo aprendes de los novilleros, ya que a veces se le olvida a uno dónde empezó y cómo empezó y lo que has hecho para seguir en esto".

El maestro Manolo Martínez fue pieza clave en la carrera de El Conde y todavía hoy el diestro tapatío le agradece su apoyo.

"Fue la pieza clave para que yo siguiera adelante en esto de los toros. Fue el más importante que tuve en mi carrera taurina. Cuando uno empieza, sí tienes las bases y más o menos una idea de lo que es el torear, el triunfo, pero cuando ya llegas a esos niveles de estar con un figurón y mandón del toreo, sí notas la diferencia total. Y si eres un poquito inteligente para llegar a ser alguien, el espejo era él y gracias a Dios así lo hice. De todos los toreros que él apoyó, hasta ahorita el que sigue vigente, soy yo, y eso habla mucho".

Con 126 novilladas, en tan solo dos años y medio, El Conde tomó la alternativa el 9 de octubre de 1993 en Pachuca, Hidalgo, de manos de Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea" y David Silveti, con el toro "Bordador" de la ganadería de Huichapan.

"Gracias a Dios, Manolo Martínez me dio ese caché para convivir con todas las figuras del toreo, fue la mejor herencia que me pudo haber dejado".

En su carrera taurina, El Conde ha tenido faenas memorables, pero la que le cuajó al novillo "Tesoro”, del propio Manolo Martínez, le marcó el sello que seguiría.

"Antes de este todos los aficionados me veían como un torero charlot, por las suertes antiguas que hacía y el taurino, los puristas, decían que con esas cosas no iba a funcionar. Pero ese día en la México, con "Tesoro", la gente comenzó a verme de una manera diferente y ya como un prospecto a poder llegar a ser alguien interesante en la fiesta de los toros y aunque perdí el rabo por pincharlo, el maestro Manolo me dijo: "no vuelves a hacer un tancredo, una garrocha ni banderillas sentado, tienes qué torear así como toreaste a "Tesoro" y eso te va a poner como figura del toreo, y él lo veía venir, no he llegado a ser figura del toreo, pero nunca es tarde".

Al paso de los años, El Conde decidió un día que era momento de retirarse y poner una pausa en su carrera, en la que ya comenzaba a ser empresario.

"Estaba aburrido y siempre he sido muy sincero conmigo mismo. Delante del toro no puedes mentir, ni mentirle al público, ni mentirte a ti mismo. Decidí como muchos toreros lo han hecho retirarme unos años y me ha venido bien porque ahora veo el toreo distinto, lo compagino como empresario, apoderado y torero y lo disfruto. Cuando lo disfrutas, la gente lo disfruta también en la plaza".

Junto con su esposa Blanca De Nodales y su hija Ximena, de ocho años, El Conde viaja este mismo día a España, donde celebrará además el decimosegundo aniversario de matrimonio, que coincide con su aniversario de alternativa.

"El próximo año celebraré mi aniversario de matador en una plaza importante. Este año no pudo ser, pero para el próximo lo estaré haciendo y agradeciendo a empresarios, ganaderos y aficionados el que me estén acompañando en este recorrido de 30 años en los ruedos. Aquí seguimos, disfrutándolo en plazas de primera y rayando a buen nivel, que a esta edad es de mucho mérito. No te hablo como El Conde, sino como aficionado y como un profesional que es de reconocerlo y eso lo reconozco bastante", finalizó.


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