Tras la ceremonia de confirmación de Emiliano Gamero, salió con poder y explosión en el galope el primero, al que recibió el mexicano con «Ferrera», un bonito castaño con el que tardó en ajustarse al ritmo del toro para poder engancharlo y pararlo. Optó por clavar los rejones de castigo de tercio a tercio, al cuarto, pasando en falso dos veces y acertando las otras dos, haciendo que el toro sangrara una barbaridad. Aún así, aguantó bien la lidia y conservó el disparo, aunque midió más en los galopes que, dicho sea de paso, tampoco le exigieron. Quizá eso hizo que fuera difícil templarlo, algo que pagó «Casanova» en banderillas, pues se llevó un fuerte topetazo en el que, de milagro, ni entró el pitón.

Después, con «Jaguar» y «Primoroso» clavó con aseo en un rejoneo a la antigua, de pasar, clavar y salir cuanto antes de ahí, para después hacer ejercicios de doma lejos de la cara del toro y buscando el aplauso fácil del público. Luego se tomó su tiempo en pedir de nuevo su sombrero para brindar la muerte del toro la empresario mexicano Pedro Haces Barba y, después de varias probaturas, poniendo en peligro a «Maya» contra las tablas, dejó un rejón de muerte trasero y atravesado.