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Breve recuento de mexicanos en San Isidro (y II)

Lunes, 05 Jun 2023    Puebla, Pue.    Horacio Reiba | La Jornada de Oriente   
Han cortado un total de 43 orejas y seis Puertas Grandes en 72 años
Nada que reprochar a Arturo Saldívar, valiente hasta rozar el estoicismo con los dos más correosos y exigentes de un excelente encierro de Santiago Domecq. Sí a quienes lo empujaron a la aventura de una solitaria tarde isidril sin corridas previas que le permitieran establecer contacto con el ganado y los públicos españoles después de casi diez años de ausencia. 

Como reviviremos a continuación la fase más exitosa de los mexicanos en la tradicional feria madrileña conviene anticipar que, al confirmar su alternativa en Las Ventas, Eloy Cavazos y Curro Rivera contaban ya con rodaje previo en cosos peninsulares, especialmente Curro, que tenía en su haber sendas puertas grandes en Castellón, Valencia y Sevilla, y era esperado con enorme expectación por la cátedra venteña. 

Tres ferias históricas

Alborotados estábamos con Manolo Martínez y lo menos que se esperaba de él es que se pusiera a la altura de los mejores cuando en 1970 se presentó en Madrid, anunciado con puras figuras. Desencanto total: una oreja ratonera al confirmar (22-05-70), broncas estrepitosas al repetir y suspensión de su tercer festejo al rechazar los veterinarios la corrida de San Miguel de Mimiahuápam que se lidiaría al año siguiente. Tanto afectó ese revés al regiomontano que pronto decidiría que su destino no estaba por allá sino en este México lindo y querido, cuya Fiesta iba a manejar a su antojo durante casi dos décadas.

Por suerte, otro paisano, cuyo nombre pasó casi inadvertido en la nutrida cartelería isidril, iba a abrir la puerta grande en su única oportunidad: Antonio Lomelín sumó tres apéndices de torazos de Alonso Moreno nada más presentarse, encartelado con Andrés Vázquez y Tinín (28-05-70). 

El acapulqueño volvería al San isidro siguiente, y en la inauguración de la feria, el día del santo labrador, volvió a salir en hombros luego de desorejar a otro par de morlacos de Moreno de la Cova. Y fue opinión general que al repetir debieron darle las dos y no sólo una oreja de "Cariñoso", ya que derrochó valor pero también inspiración en los tres tercios; tarde histórica porque la corrida mexicana de San Miguel de Mimiahuápam resultó de las mejores de aquel ciclo isidril, con un toro de vuelta al ruedo –"Amistoso", el cuarto, desperdiciado por Victoriano Valencia–, y varios más ovacionados en el arrastre (22-05-71), sin que los alternantes de Lomelín se dieran por enterados (el otro era José Luis Parada y sufrió un serio percance del rejoneador Fermín Bohórquez, que abría corrida con un astado de su propia ganadería).  

"Con México se estrechan lazos: Lomelín, Rivera y Cavazos", decía un pie de viñeta de cierto diario madrileño. A Curro Rivera lo confirmó Antonio Bienvenida, que reaparecía tras un lustro en retiro: ambos cortaron oreja a los buenos mozos de Samuel Flores (18-05-71). Curro repitió triunfo y cartel de figuras –Ordóñez y Camino, nada menos, toros del Duque de Pinohermoso; fue la última corrida en Las Ventas del rondeño, que cortó un apéndice y sufrió un percance que le afectó seriamente las cervicales (25-05-71).

Curro refrendaría su éxito fuera de feria, en la Corrida de Beneficencia mano a mano con Bienvenida: fue su primera Puerta de Madrid, que volvería a abrir en la famosa corrida de Atanasio del San Isidro siguiente, la del discutido rabo a Palomo Linares (22-05-72) en la que Francisco Martín Rivera Agüero cobró nada menos que cuatro apéndices y Andrés Vázquez uno. En esa feria Rivera hizo tres paseíllos y Lomelín y Cavazos dos cada cual. Los tres salieron en hombros en aquel venturoso año 72.  

Eloy había confirmado alternativa en la isidrada anterior y lo hizo desorejando a sus dos toros de Osborne (20-05-71); frenó su marcha, tres días después, una peligrosa cornada en el pecho que le infligió un Galache nada más abrir su capote, aunque al reaparecer siguió triunfando como si nada en los ruedos de la península. Fue al año siguiente –dos tardes nuevamente— cuando le cortó las orejas a un castaño con 600 kilos de Amelia Pérez Tabernero (27-05-72), efeméride muy recordada porque ningún mexicano ha vuelto a salir en hombros en Madrid. 

El balance de esas tres ferias consecutivas –1970 a 1972– es impresionante: Curro Rivera siete orejas en cinco tardes (más las dos de La Beneficiencia de 1971), Lomelín seis en tres, Cavazos cuatro en tres, y Martínez una en dos, respectivamente.

La reacción...

Ya nada sería igual. Aunque Curro Rivera estuvo encartelado hasta cuatro tardes en 1974 –récord para un mexicano en San Isidro–, de las cuales sólo pudo torear dos por culpa de la lluvia, con la hostilidad de público y crítica desatadas. Mala señal, pues a partir de entonces se le regateó al público madrileño la presencia de mexicanos, y los pocos que fueron rara vez se anunciaron en carteles estelares. Con todo, Cavazos volvió en el 75 para triunfar a golpe cantado –en su única corrida una oreja más–, lo que no había conseguido Mariano Ramos el año anterior porque el ganado no les ayudó ni a él ni a sus compañeros de cartel Curro Romero y Paquirri al confirmar, y Manzanares y Capea al repetir. En el 73 se había quedado sin confirmar Adrián Romero porque su primer toro lo hirió gravemente en banderillas. Y en 1974, Rafaelillo, a una sola tarde, gustó y tuvo petición: lo pusieron en dos carteles al año siguiente. 

En ese San Isidro de mitad de la década Manolo Arruza –dos tardes en buenos carteles– , desorejó al de su confirmación, "Loco", de Benítez Cubero (20–05–75). Sería su único triunfo en las cuatro ferias en las que actuó, las restantes tres en los años 80, a una tarde por feria y con ganado duro para ternas banderilleras.

Luego de varios años sin mexicanos, Manolo Chopera, que acababa de tomar Las Ventas (1982), se acordó de que existían. De entrada, Jorge Gutierrez le correspondió con esplendidez: vuelta al ruedo al confirmar, al lado de Manolo Vázquez y Antoñete, toros de Cuadri (22-05-82), y la oreja de uno de Moreno de la Cova al día siguiente. 

Mas cuando el empresario vasco quiso apretar al San Isidro siguiente, ni Miguel Espinosa ni Arruza ni el propio Jorge consiguieron dar una sola vuelta al ruedo. Y se abrió un nuevo paréntesis hasta la atípica confirmación de David Silveti (24-05-87) con este retorcido cartel: cuatro toros mexicanos, dos de San Marcos y dos de San Mateo –"Huidizo" se llamó el de la ceremonia--, más dos portugueses de Samuel Lupi con Nimeño II y Tomás Campuzano de alternantes. David nunca volvió a Las Ventas, donde su hermano Alejandro se presentó en las isidradas de 1994, 95 y 96, a una solitaria tarde y con corridas de las duras: en el año intermedio dio una vuelta al ruedo con la de José Escolar.

El que sí se convirtió en huésped habitual en Las Ventas sin mayor explicación fue Miguelito Espinosa, que jamás consiguió ni una modesta salida al tercio (entre su presentación en el 83 y sus reiteradas actuaciones de los noventa sumó nada menos que trece paseíllos, con una grave lesión debida no a una cornada sino a una banderilla que casi lo degüella (02-06-95). Eloy volvió y, tenía que ser, obtuvo la última oreja para un mexicano en el siglo XX (01.01.91); Mariano fracasó en el 93 con sendas gallumbadas de Murteira Grave y Cuadri; Gutiérrez, Mejía y El Zotoluco, mal encartelados en general, nada hicieron en 1992, 96 y 97, respectivamente. 

En los últimos 27 años del siglo XX, once matadores nuestros sólo fueron capaces de cobrar cuatro orejas isidriles: dos Eloy y una por coleta Manolo Arruza y Jorge Gutiérrez.

Siglo XXI

Lo abrió la promisoria oreja cortada por El Zotoluco a un toro de Puerto de San Lorenzo (20-05-2000) mientras Enrique Ponce y Caballero se iban en blanco; terna sin duda postinera, pero sería la excepción confirmatoria de esa regla perversa de reservarles a los mexicas fechas, ganado y alternantes de segunda. Y sin posibilidad de desquite. 

El único que quebrantó esa regla –Joselito Adame, cinco orejas en 17 tardes– este año fue olímpicamente ignorado por la empresa madrileña. Ha sido, con su hermano Luis David y Arturo Saldívar, el único anunciado dos veces por feria. Los demás, cuando eran requeridos, fueron por un solo festejo en las precarias condiciones ya señaladas.

Bajo ese patrón, en lo que llevamos del nuevo milenio han comparecido por San Isidro en Las Ventas 15 matadores mexicanos y siete novilleros, cortando entre todos una docena de trofeos auriculares, cinco de ellos para Joselito Adame, su hermano Luis David una oreja de novillero y otra de matador, y Leo Valadez dos orejas en dos tardes; en el ínterin, cobraron un apéndice por barba Eulalio López "Zotoluco", Diego Silveti y Arturo Saldívar.

Balance

Si integramos la participación mexicana en San Isidro desde Rafael Rodríguez en 1951 hasta Arturo Saldívar el miércoles pasado, los mexicanos han cortado 43 orejas en total, distribuidas de la siguiente manera: Curro Rivera: cinco ferias y siete orejas, una Puerta Grande. Antonio Lomelín: dos ferias, seis orejas y dos Puertas Grandes. Eloy Cavazos: cinco ferias, seis orejas y dos Puertas Grandes. Joselito Adame: siete ferias, cinco orejas. Juan Silveti Reinoso: dos ferias, dos orejas y una Puerta Grande. Joselito Huerta: cuatro ferias, dos orejas. Leo Valadez: dos ferias, dos orejas. Luis David: tres ferias, una oreja, y una feria de novillero. Antonio Sánchez "Porteño" (novillero): una feria, dos orejas y una Puerta Grande, la de 1964. Y a una oreja por coleta Rafael Rodríguez (dos ferias), Manuel Capetillo (dos ferias), El Imposible (una feria), Manolo Martínez (una feria), Manolo Arruza (cuatro ferias), Jorge Gutiérrez (tres ferias), Zotoluco (cinco ferias, una oreja), Diego Silveti (dos ferias, una oreja) y Arturo Saldívar (tres ferias, una oreja).

Total, 43 orejas y seis Puertas Grandes en 72 años, con participación mexicana en 44 de las 74 ferias de San Isidro celebradas entre 1947 y este año 2023.


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