Todavía sacudidos por la sorpresiva muerte de Rafael Ortega y el dolor que nos deja, los ecos de la Feria de Aguascalientes se escuchan con brío al cabo de tres semanas de toros, en las que la afición vibró con pasión a lo largo de distintas jornadas taurinas que han dejado un grato sabor de boca.

Y siendo una feria tan abierta, incluyente e internacional, terminó por generar una enorme rivalidad entre los toreros participantes, lo que favoreció el desarrollo de un ciclo que arrojó muchos detalles para el comentario, y que viene a ser un revulsivo para la actividad en el resto del año.

De los toreros de la "Cosecha del 22", varios dejaron constancia de su valía y si Miguel Aguilar cuajó a "Fortunato", del hierro de Corlomé, al que hizo una faena recia y muy torera, Héctor Gutiérrez brilló con "Tenderillo", de Los Encinos, en otra de las faenas que más huella dejaron, Y, por supuesto, lo conseguido por Diego San Román, que asustó de valiente y en una sola tarde cortó cuatro orejas y un rabo a los de Mimiahuapam para convertirse en el máximo triunfador.

Otra de las faenas más relevantes corrió a cargo de Angelino de Arriaga, que realizó una inspirada obra ante el magnífico "Sinaloense", de la divisa de El Junco, ganadería que lidió el encierro más parejo en hechuras y de juego más completo de toda la feria, sumando los toros que echó Corlomé, que demostró que atraviesa por un momento importante.

Y también Arturo Saldívar acabó apostando por un toro de regalo, de la divisa de Begoña, llamado "Temerario", al que indultó luego de torearlo a placer de principio a fin, dejando entrever, con el primero de su lote, que ya se encuentra mentalizado para Madrid, lo mismo que El Payo, que deletreó el toreo ante un noble toro de Los Encinos o de El Conde, que hizo lucir su veteranía en la última corrida.

El sólido triunfo de Joselito Adame en la tarde inaugural, cuando cortó tres orejas durante el mano a mano con El Juli, vino a ratificar su caché y no obstante que ya no pudo redondear la feria por haber sufrido un espeluznante percance en su segunda comparecencia, lo mismo que le ocurrió al indómito Arturo Macías, cuya gravedad también fue otro de los pasajes preocupantes en esos días de toros.

El debut de Marco Perez fue otro de los instantes estelares de la feria, y si no consiguió cortar orejas, pues su reducida estatura le impide verles bien la muerte a los novillos que enfrentó, ahí queda como una muestra de precoz sabiduría taurina que tanto bien hace a la Fiesta para fomentar la afición entre los más jóvenes.

Al margen de los resultados numéricos, que siempre serán un referente, pero no son lo más trascendente, la Feria de San Marcos se proyecta con fuerza a los próximos años en una ciudad donde los toros siguen siendo un asunto importante para la sociedad, y eso, en estos días, vale oro.