Por alguna circunstancia, la carrera de Fermín Rivera no ha detonado al nivel que su tauromaquia lo exige, ya que ha sido poco aprovechado en México. En España, a donde no ha ido y tiene sus raíces bilbaínas, podría encajar muy bien por su concepto artístico. Es un torero "sobrio, técnico y académico", con que cuenta la baraja taurina mexicana, como bien lo define el cronista Heriberto Murrieta.
Más de siete meses han pasado desde que el nieto del maestro de San Luis, don Fermín Rivera Malabehar, mató su más reciente corrida el 4 de octubre del año pasado en Ixtacamaxtitlán, Puebla, después de haber comenzado con ilusión la campaña 2022 en la Plaza de Toros México.
Pero al final del túnel parece asomarse una nueva luz de esperanza para el diestro potosino, quien se encuentra entusiasmado en vestir de nueva cuenta la seda y el oro dentro de poco y muy revitalizado con la feliz espera de su primogénita, que se llamará Inés, para los meses de agosto o septiembre próximos.
"No he actuado ni en público ni en festivales todos estos meses, pero ya se me anuncia para el próximo sábado 29 en un festival benéfico en La Florecita, para conmemorar los 60 años de la ganadería de San Felipe Torresmochas, al lado de El Biafra, Israel Téllez, José Mauricio, José Sainz y el aficionado Juan Carlos Alvírez, con toros de esta ganadería", dijo.
Luego, el 1 de mayo en Tecámac, Estado de México, matará junto con El Zapata y Diego Sánchez un encierro de Campo Hermoso, de encaste Domecq y el viernes 26 en Monterrey, junto con Antonio García "El Chihuahua" y Juan Fernando, con toros de la misma ganadería, pero de encaste Saltillo-San Mateo.
"¿Qué ha pasado?, ni yo mismo lo sé. No soy de achacarle, ni culpar a nadie. Todo rueda, como tiene que ser. Son momentos que hacen a uno reflexionar y valorar los momentos buenos que uno ha tenido, como para pensar en tratar de volver a tenerlos, no dejarlos ir y eso son etapas del ser humano. Te soy sincero… no ha sido fácil. Desde octubre no vestirse de luces hasta estos próximos festejos es, a veces, muy difícil, sobre todo en el tema mental, tener esa ambición e ilusión diaria, pero sin torear en una plaza, no es fácil".
Dijo que afortunadamente lleva el manejo de la ganadería fundada por su abuelo, que le ha permitido poder estar involucrado y tener una actividad que mantiene su mente ocupada, ya que al final es parte de lo mismo. "Pero hace falta el contacto con el público y la alimentación interior que nos dan los olés de la plaza", agregó.
Estando en la ganadería, Fermín se ha mantenido entrenando con la misma ilusión como si tuviera una corrida en puerta.
"Menciono lo del campo porque si no toreara lo del campo, estaría muy complicado que estuviera en un nivel importante y siento que lo estoy. Estoy convencido de que en estas primeras fechas mostraré a la gente el nivel que traigo y demostrar que hay Fermín Rivera para rato. Siento que he evolucionado, que no me he quedado estancado y que cada vez intento hacer el toreo que a mí me gusta expresar".
Casi toda su niñez, Fermín vivió en el rancho "La Alianza" de San Fermín, donde su abuelo fundó la ganadería.
"Parte del rancho es parte de mi vida y obviamente yo siendo matador de toros, estoy encantado de llevar esta bendita herencia que ha quedado en la familia. Yo estoy con la idea de que a finales del año que entra se pueda lidiar una corrida de toros. Ya tengo toros apartados en el campo. ¡También hay qué motivarse e ilusionarse para que a partir del año que entra volvamos a lidiar de continuo!", señaló.
La ganadería es corta, ya que tiene 70 vacas y prácticamente se ha renovado con la sangre que se venía trabajando, que es una mezcla de Cabrera, que se refrescó con simiente de Bernaldo de Quirós.
"A mí me gusta un toro que tenga humillación, transmisión, contenido, para que también le llegue a la gente y le emocione, pero sin salirse que es un toro para que también los toreros disfruten. Si se puede que yo maté las corridas encantado, si no hay que tratar de que la ganadería tome su rumbo, que los toreros la vaya conociendo y tome cartel".
Fermín se considera un torero preparado para trabajar en el campo bravo, que es un aspecto de su vida que le apasiona.
"Terminé la preparatoria, pero me he dedicado al toro cien por ciento. Me gusta leer mucho del tema, no nada más el toro bravo, sino del bovino manso y otras razas, su manejo y su crianza. Obviamente, cuando uno tiene la humildad de escuchar a los que más saben, ese referente siempre te va a ayudar en cualquier ámbito de la vida. La ganadería es algo que me apasiona, me gusta mucho, pensando a futuro que pueda durar muchos años de torero", indicó.
Por ahora el diestro potosino espera comenzar una racha de corridas, pues viene en camino un motivo más para sentirse vivo en el ambiente y en su dinastía: la llegada de su primer bebé que tendrá con su esposa Mónica. "Es una ilusión y un motivo más para seguir adelante. Esperemos que cuando crezca le interese también mucho el tema ganadero", finalizó.