Pleno de quietud, buenas maneras y valor a raudales, el hidrocálido Héctor Gutiérrez regresó a la Monumental Mérida para reclamar su cetro de la temporada pasada con una actuación rotunda, tras una faena pletórica con el último toro de la tarde al que le tumbó dos orejas de peso para erigirse en el triunfador de la tarde.
La corrida, que en principio se anunció como la última de la temporada y que al final se alargará con un festejo más para el 15 de abril, no pintaba para mucho, salvo los destacadísimos momentos del torero valenciano Román con el segundo de la tarde, más al final se inclinó la balanza en positivo.
Con el abre plaza, Octavio García "El Payo" se puso delante de su primero tratando de sacar partido en medio de fuerte vendaval, por lo que meritorios fueron algunos muletazos ligados por el lado derecho. Al toro de 600 kilos le pesó la romana y aunque no tenía mal estilo, tenía peligro, por lo que al final no fue posible para pensar en faena. Además lo pinchó.
Con su segundo no pasó de las probaturas. El toro con extrema debilidad y de nueva cuenta el viento flameando las telas, fueron marco suficiente para sumir al diestro en el desgano, por lo que hasta se tiró a matar pronto y como además pinchó, pues le sonaron un aviso.
Román tuvo en su primero a un toro de bonitas hechuras. Un castaño con características para embestir que no falló en los pronósticos. Le cuidó el valenciano en varas y en los albores de su trasteo, metiéndolo poco a poco en vereda para una faena tersa, con donosura por el lado izquierdo, poniendo los tendidos en ebullición. Torero de buen corte que aprovechó las buenas embestidas para una labor que no se salvó de un susto tras una voltereta de tan confiado que andaba. Por fortuna sin consecuencias. Una pena lo de la espada.
Con su segundo dio paso a una labor esforzada. Un toro bien rematado que no obstante no terminó por romper en definitiva y terminó por rajarse, buscando el cobijo de las tablas. Aquello fue un constante batallar, lamentablemente con pocos dividendos.
Regaló uno de la misma ganadería con el que estuvo voluntarioso, con ganas de agradar, sin poder redondear faena.
El tercero en el cartel fue el triunfador de la temporada pasada, Héctor Gutiérrez, quien poco pudo alcanzar ante el primero que le correspondió ante las pocas posibilidades de éxito. El toro metía la cabeza, pero tuvo poco gas, por lo que al final no pasaba completo y aquello hubo de toparse en el intento.
Y con el que hizo sexto, el paroxismo. El toro de subida calidad, pero también extrema debilidad, encontró a un lidiador pleno de paciencia, valor y buen gusto. Lo que inició como una faena de unipases, aguantando una barbaridad, rompió a una labor plena de arte y plástica, con el toro empujando a media altura y el torero más quieto que una vela y al final, metido en la cuna. Se pegó un arrimón, vaya.
No cabía un mondadientes entre el testuz y sus muslos y la plaza se puso entonces en estado de auténtico frenesí. Entrega total del hidrocálido, a quien le gritaron "torero" blanqueando los tendidos de pañuelos, aún antes de tirarse a matar. Decíamos, un triunfo con rotundidad.
Ficha Mérida, Yuc.- Plaza Monumental. Tres cuartos de entrada en tarde calurosa. Corrida de toros. Siete toros de La Estancia (7o., de regalo) de buena presencia y juego, entre los que destacó el 2o. y 6o. por su calidad. Octavio García "El Payo" (violeta y oro): Silencio y silencio tras aviso. Román (grana y oro. Palmas, palmas y ovación en toro de regalo. Héctor Gutiérrez (blanco y oro): Palmas y dos orejas. 600, 520, 510, 510, 505, 560 y 580 kilos. Incidencias: La Unión de Banderilleros entregó un reconocimiento a los empresarios de Toros Yucatán Alberto Basulto y Alberto Hagar, por su impulso a la Fiesta.