Hijo de Alejandro Martínez de la Flor, que fue el pilar de esta familia, Alejandro Martínez González nació el 17 de octubre de 1949 y desde su más tierna infancia se aficionó a los toros, pues vivió entre caballos, casacas, castoreños, monas y monillas, al amparo de un hombre querido y respetado en el medio taurino, que más tarde, ya retirado, se dedicó a fabricar las puyas para la Plaza México y de varios cosos de provincia.

Se tiene registro oficial de que Alejandro Martínez presentó su examen profesional la tarde del 1 de marzo de 1969, en la plaza "La Luz", de León, Guanajuato, tarde en la que estuvieron presentes Manuel Benítez "El Cordobés", Manolo Martínez y Roberto Ortiz "El Fotógrafo", ante un encierro de Tequisquiapan, según informa el blog de Toreros Mexicanos.

Alejandro estuvo colocado en las cuadrillas de distintas figuras del toreo, tanto nacionales como extranjeras, y cuando no tenía festejo por torear no faltaba a las corridas o novilladas de La México, donde tenía muchos amigos que lo apreciaban, lo mismo que a sus otros hermanos picadores (Miguel, ya retirado, y Juan Antonio, todavía en activo) y, también, a su hijo picador del mismo nombre, conocido cariñosamente como El Pollito.

Alejandro toreó bajo las órdenes de figuras mexicanas como Manolo Martínez, Miguel Espinosa "Armillita", Antonio Lomelín, David Silveti, Curro Rivera y Manolo Mejía. También perteneció a las cuadrillas de Ernesto Belmont, así como figuras españolas entre las que se cuentan Paco Camino, José María Manzanares, Pedro Gutiérrez Moya "El Niño de la Capea" y Enrique Ponce. 

La mayor parte de su exitosa carrera como picador la realizó en los años ochenta y noventa. Asimismo, durante algún tiempo fue un estrecho colaborador del ganadero Pepe Chafik, en distintas labores que desempeñaba con mucho entusiasmo.

Desde estas líneas enviamos nuestro más sentido pésame a toda la familia Martínez por este triste deceso, a la espera de que muy pronto encuentren resignación. Descanse en paz.