Rubén Núñez abrió la tarde en Autlán con "Cumpleañero" al que cuajó elegantes verónicas que fueron rematadas con exposición y valentía. Para terminar su labor capotera ejecutó un quite ecléctico en el que aparecieron la zapopina, la chicuelina y la saltillera. Para festejar su cumpleaños inició su faena de una manera muy elegante sacando al novillo hasta el terreno de los medios con expresión y calidad.

Ya en la estructura del último tercio el tapatío logró arrancar algunas series por el pintón izquierdo que le fueron aquilatadas desde el tendido, para finalizar cuajó manoletinas de rodillas y una estocada hasta las banderas que le redituaron en el corte de una oreja.

Ante "Jovencito" segundo de la tarde el joven Jairo López hizo su presentación en Autlán, ello desde que hace algunos años actuará cómo becerrista en el emblemático ruedo. Su labor con el percal fue discreta pero valiente. Durante su labor muleteril López buscó trascender ante un novillo que se caracterizó por una embestida intermitente, por ello el de Guadalajara se fue a tablas para exponer el físico y así arrancar los muletazos. 

Después de ajustadas manoletinas se tiró a matar con una enorme determinación y por ello sepultó la espada hasta los gavilanes, así fue solicitada la oreja, pero la autoridad no accedió; al final escuchó palmas.

El tercero de la tarde llevó por nombre "Amoroso" y con él realizó su presentación Bruno Aloi quién ejecutó lances de recibo de gran empaque que fueron seguidos por ajustadas chicuelinas. Durante la parte final del toreo de capote, Aloi rivalizó con Nuñez en vistosos quietes simulados.

Tras armar la muleta la juvenil figura del chaval capitalino argumentó que su triunfo en Aguascalientes durante el pasado festejo de calaveras no fue obra de la casualidad, verticalidad y clase fueron el factor común de una faena que tuvo dos momentos, el primero con un toreo al natural de mucha calidad, sin embargo, al intentar el pase de la arrucina fue prendido de fea manera, afortunadamente no pasó a mayores. 

La segunda parte del trasteo comenzó cuando sin mirarse la ropa optó por las cercanías dejando claro el valor que atesora. Después de media estocada el novillo dobló y ante una absoluta petición del trofeo el juez de plaza inexplicablemente no concedió; por lo anterior el público solicitó una triunfal vuelta al ruedo.

La segunda parte de la novillada inició con la salida de "Viajero" con el que Rubén Núñez buscó ratificar el triunfo, para ello lanceó ante una áspera embestida por lo que no proyectó a los tendidos. Voluntad e inventiva que se toparon con la intermitencia del astado, por momentos pegajoso y en otros de embestida incierta. No obstante, el tapatío logró series por ambos pitones. Cómo en el primero de su lote sepultó el acero  dando el pecho con hombría por lo que el toro dobló rápidamente; otorgamiento de la oreja y asegurada la puerta grande.

El quinto de la tarde llevó por nombre "Tragón" y Jairo López salió a tambor batiente ejecutando una ajustada larga y lances en los que hubo de hurtar el cuerpo. Después de la intervención del varilarguero se verificó un nuevo episodio de rivalidad en quites, está vez entre Jairo López y Bruno Aloi. 

Con la franela roja el tapatío estructuró una faena muy interesante, en tandas de un toreo vertical escuchó con fuerza el olé desde los tendidos. Desafortunadamente el novillo se apagó pronto, sin embargo, el de Guadalajara ejecutó una gran estocada que le permitió recoger una oreja.

Con el que cerró plaza novillo que nos recordó al inolvidable Rodolfo Rodríguez ya que llevó por nombre "Rey Mago" el joven Bruno Aloi volvió a dejar un toreo de mucho empaque, ello tanto en los lances de recibo como en el vertical quite. Ante un astado que tenía transmisión el joven capitalino realizó una faena muy entonada dónde los inicios fueron los temerarios cambiados por la espalda que fueron bien aquilatados por el público de Autlán. 

Poco a poco fue metiendo al astado en la muleta hasta alcanzar momentos muy interesantes, tandas en las que apareció otra vez la dimensión y el empaque, al sentirse podido el novillo se refugió en tablas. Tras una buena estocada recogió una meritoria oreja. Sin duda que la novillada fue un acierto de la empresa C+C ya que el público disfrutó mucho el evento que fue totalmente gratuito.