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Mexicanos en España...

Lunes, 26 Sep 2022    Puebla, Pue.    Horacio Reiba | La Jornada de Oriente   
Isaac Fonseca se convirtió inesperadamente en la sensación del año
Por estas fechas, la temporada española se encuentra en su etapa final, con las ferias chicas de Sevilla y Madrid como corolario. Temporada de recuperación de la normalidad la llamaron y bien que lo ha sido, rebasando incluso las expectativas más felices. También en lo que al trato tradicional a los toreros mexicanos se refiere, en plena vigencia la clásica ley del embudo sin importar mucho que los nuestros estén bien, mal o regular en sus escasas actuaciones en aquellas plazas. 

Un trato muy cercano al ninguneo, a diferencia de lo que ocurre en los cosos franceses, más benignos siempre con los aztecas. E imposible de equiparar con el exceso de atenciones, reverencias, asignaciones económicas y publicrónicas a modo que por aquí se les dispensan a coletudos procedentes de ultramar, independientemente de su nivel artístico y prestaciones efectivas en el ruedo. O en la taquilla, pues hace mucho que no pasa por aquí un aproximado llenaplazas, no digamos ya un Manolete, un Capea, un Camino, un Cordobés.

Paradójicamente, la temporada europea de este 2022 ha servido para corroborar que México sigue produciendo diestros de indudable valía, al margen de la parálisis que aqueja hoy a nuestra tauromaquia, acosada a muerte en su propio territorio. Porque Leo Valadez y Joselito Adame, entre los matadores, e Isaac Fonseca y Arturo Gilio entre los novilleros –Isaac ya tomó la alternativa– han transitado de triunfo en triunfo en cuanto les abrieron una mínima rendija de oportunidad. 

Y los públicos españoles lo han reconocido con su entusiasta adhesión, inversamente proporcional a la reticencia de ciertos presidentes para responder a las peticiones del tendido y a la generalidad del empresariado, reacio a incluirlos en sus carteles; y cuando lo hace, definitivamente inclinado a reservar para ellos las fechas y los encierros menos gratos. Hace mucho que un mexicano, azteca, manito, o como quiera que gusten llamarlo, no figura en una sola combinación de tronío. 

Y si excepciones hubo en el caso de los novilleros, entre otras cosas porque Isaac Fonseca se convirtió inesperadamente en la sensación del año dentro del escalafón, bastó que alcanzara el grado de matador –en Dax, no en España—para que le bajaran la cortina y pasara a engrosar las abultadas listas del paro. Está bien, dan a entender, que los aztecas les hagan el gasto a nuestras escuelas taurinas, animen el depauperado circuito novilleril y se ganen la alternativa. Pero hasta ahí. 

Leo Valadez

¿Se puede triunfar sin interrupción y sin fisuras en Madrid, Pamplona, San Sebastián, Salamanca y Logroño, superándose además tarde a tarde, y llevar toreadas, al cierre de septiembre, menos de diez corridas? Sí, si se es mexicano y se llama uno Leo Valadez. La crítica, reticente de inicio –el chico es valiente, está bien para carteles de espadas banderilleros, le están tocando lotes de escándalo, etcétera– ha terminado por reconocer en él valores más apreciables, remarcables y cotizables… pero ni por esas. Para la mayoría de las empresas es como si el tal Leo Valadez no existiera, se trate de plazas de primera, de segunda o de tercera categoría. Moreno y bajito, corto de piernas ya que no de corazón, coincide en esto con Diego Puerta, Eloy Cavazos o Dámaso González, por no hablar de Belmonte, El Gallo, Antonio Bienvenida… Lástima que no sea natural de las Castillas, Extremadura, Levante o Andalucía. 

En síntesis –y que nadie se espante– la campaña de Leo puede equipararse, proporcionalmente, con las de Morante y Roca Rey, pero resulta inviable pensar en una confrontación directa con semejantes monstruos del toreo. A lo mejor en Aguascalientes o Autlán, pero no en el coto cerrado de los cosos donde se escribe la historia de la tauromaquia en nuestros días.

Ellos se lo pierden. Leo también, por desgracia.

Isaac: alternativa y parón

Morelia, la hermosa capital de Michoacán que ha sido cuna de tan buenos toreros –y toreras, cómo olvidar a Hilda Tenorio–, lo fue también de Isaac Fonseca (22-05-98). No es que el moreliano cortara muchas orejas este año en España, es que fue, directamente, el novillero sensación de 2022, con éxitos arrolladores en Valencia (cuatro orejas en dos tardes), Pamplona (cuatro en una y triunfador absoluto de la feria de San Fermín), Sevilla (par de apéndices), Madrid (en San Isidro la espada lo privó de una puerta grande cantada; en su segunda actuación, fuera de feria, cambió un auricular por una cornada). Con ese botón de muestra de un palmarés incontestable firmó la alternativa para las fiestas de Dax, en la Occitania francesa, otorgada por Manzanares en presencia de Roca Rey con una mansada de Núñez del Cuvillo de la que el mejor librado resultó ser el mexicano (vuelta al ruedo en el del doctorado, "Dudosito", 505 kilos). 

¿Qué sucedió después? Pues que el que había sumado una veintena de novilladas no ha vuelto a vestirse de luces en España ya como matador. Sus únicas dos corridas fueron en Francia, sumada a la de la alternativa su confirmación en Nimes (17-09-22), que saldó con otra de sus acostumbradas puertas grandes luego de cortarle las orejas al sexto de Victoriano del Río, en tanto su padrino Roca Rey, que mató tres toros, tenía que conformarse con un apéndice lo mismo que el galo Juan Leal, lesionado por el único astado que alcanzó a estoquear.    

Joselito Adame

Es "la máxima figura en México", dicen por allá, enfatizando peyorativamente lo de "figura" y "México" para significar que una cosa es el tercer mundo taurino y otra la patria de las figuras de verdad. Dada la deplorable situación de la fiesta en nuestro país, dan ganas de darles la razón. Pero nos las aguantamos, memoriosos como somos del trato que por allá se les da a los nuestros desde que Armilla, Garza y Arruza los pusieron alerta. Si después de aquellos casualmente se cuela por aquí alguno que no sea por descuido nuestro, pareciera ser la ley no escrita, pero probadamente vigente, dentro del medio taurino español.

Joselito estuvo heroico en Madrid con el torazo aquel de Araúz de Robles que lo cogió de tan mala manera –así lo reconocieron muchos, mismos que se apresurarían después a olvidarlo–, y sus escasas apariciones posteriores, invariablemente en cosos de segunda, se contaron por triunfos (Soria, Burgos, Huesca). Un ganadero con buena memoria, el burgalés Antonio Bañuelos, declaró que entre los toros de su hierro y Joselito Adame existe un indisoluble lazo triunfal que, con las tres orejas cobradas por el hidrocálido en Huesca (10-08-22), elevó a once el número de encierros de su nombre que José indefectiblemente desoreja para salir en hombros, partiendo de su ya lejana alternativa en Arles (07-09-07). Toda una marca, aireada por Mundotoro pero ignorada por el stablishment hispano. De modo que Joselito Adame, haga lo que haga, deberá resignarse a ser tratado como "el número uno de México".

Es decir, como uno del montón. Según ratifican las siete corridas que consiguió torear este año en cosos españoles antes de la cita del próximo jueves en Corella, con Morante de la Puebla –rarísimo  acaso– como cabeza de cartel.

Arturo Gilio

La casta le viene de herencia, de cuna, de genética. Se comprobó en cuanto pisó el ruedo de Las Ventas el primer lunes de San Isidro. Con un púbico tan frío que si su excelente primera faena apenas despertó tibios aplausos, la del quinto novillo de Los Maños, bueno de verdad, tardó un mundo en hacer que el público rompiera pese a que fue enfribrada y torerísima desde el principio. Y ya con el público entregada, la desgracia de un arreón inesperado cuando buscaba la igualada y una herida dolorosa y de larga curación en la pantorrilla derecha que le impidió estoquear a "Tostadino" y, por lo tanto, cobrar el premio que parecía estar en camino.

Parado durante más de un mes, Arturo volvería Madrid –sin suerte– antes de iniciar un interesante periplo, más abundante en resultados que en número de fechas. Los datos más recientes nos hablan de las cuatro orejas cortadas en Cella, Teruel (20-08-22), y sendos novillos desorejados en los importantes ciclos de Arganda del Rey y, apenas el sábado, Algemesí.

Es de esperar que en 2023 recoja los frutos del esfuerzo con una campaña novilleril aún más jugosa. Y después, ya se verá. Como se verá lo que pueda ocurrir con los aún imberbes pero ya prometedores Alejandro Adame y Santiago López, de venturosas primeras armas en territorio español durante este 2022.

Y Morante en Sevilla...

Ya hablaremos de su faena del viernes en la apertura de la breve feria de San Miguel. El asunto requiere respirar profundamente y tomarse el tiempo y el espacio que haga falta antes de abordar el suceso.


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