Apenas ayer se publicó una buena noticia en estos días tan difíciles para la Fiesta Brava: La Suprema Corte de Justicia de la Nación determinó que las corridas de toros sí podrán ser declaradas Patrimonio Cultural Inmaterial desde la federación, al ser una actividad de interés nacional.
Y en medio de la incertidumbre reinante alrededor de la Fiesta, con distintos juicios de amparo en curso, este dictamen viene a ser un gran aliciente para continuar con su defensa a toda costa, como una reacción lógica y natural luego de tanta persistencia de los antitaurinos y animalistas.
Aunque la Suprema Corte no determinó si es o no una actividad contraria al "medio ambiente sano", que es el asunto del que se valen los quejosos que han interpuesto amparos en contra de que haya festejos taurinos, por ahí van los pasos a seguir para nuestra causa, pues este argumento carece de fundamento.
De igual manera, el argumento de que los toros atentan contra de los derechos humanos es otra enorme falacia de la que se están valiendo los adversarios, alentados por jueces de distrito que no están siendo objetivos y han otorgado suspensiones definitivas a los actos reclamados, sin solicitar fianzas que garanticen los daños y perjuicios a los afectados, que no sólo son los empresarios integrantes del gremio, sino una larga lista de personas que están dispuestas a no perder esta batalla.
La forma de proceder de estos jueces podría ser valedera para fincar responsabilidades en su contra, y es preciso que la judicatura tome nota de una actitud tendenciosa de su parte, pues dichos servidores públicos anteponen su antipatía por el espectáculo taurino, en lugar de juzgar cada caso con la objetividad esperada.
Al cabo de varios años en esta lucha, pero más recientemente con el imprevisto cierre de la Plaza México, da la impresión de que los aficionados están dispuestos a afrontar esta problemática con mucha decisión, al sentir vulnerados sus derechos.
Para ello ha sido muy significativo empezar a esgrimir argumentos de peso a favor de la tauromaquia, gracias a la divulgación de ideas y conceptos vertidos a través de distintos canales, así como en foros culturales o medios de comunicación, que han difundido ideas más claras al respecto de la importancia de la tauromaquia.
Es preciso fortalecer la idea del toro de lidia como una especie que está amenazada, y se encuentra en peligro de extinción si desaparecieran las corridas. Hay que evidenciar su relevancia ecológica y lo que representa como un signo de identidad en varias regiones del país.
Se trata de un asunto de respeto, tolerancia y libertad, y de encontrar ese punto de equilibrio necesario para hacer valer los derechos de las minorías en el marco de la democracia, que precisamente está hecha para defender a grupos vulnerables. No hay que bajar la guardia.