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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 26 May 2022    CDMX    Redacción | Foto: Archivo     
"...el orgullo de saber que México ha aportado grandes toreros..."
Esta semana se cumplen dos efemérides inolvidables: las cuatro orejas que cortó Curro Rivera en Madrid, en la tarde del 22 de mayo de 1972, y la inmediata salida a hombros de Eloy Cavazos en Las Ventas del día 27, en aquella última Puerta Grande de un torero mexicano en la primera plaza del mundo.

Y en estos días que tan buen papel han hecho los nuestros en el coso de la calle de Alcalá, bien merece la pena recordar ambos hechos desde la óptima de la nostalgia, esa que refleja la memoria colectiva una afición a la que suele agradar la evocación de tiempos pasados.

Si del triunfo de Eloy se ha hablado mucho, en gran medida se debe a la promoción que el propio maestro ha realizado, sobre todo en los años recientes, con el afán de enfatizar que es "torero de Puerta Grande", ese bonito eslogan que encabeza el vistoso mosaico que está colocado en el interior de la anhelada puerta.

Desde luego que, para Eloy, así como para todos aquellos que aparecen en esa lista de triunfadores, salir a hombros en Madrid ha sido un privilegio. Algunos de ellos no consiguieron ser figuras y otros, en cambio, remarcaron su jerarquía en Madrid.

Y si en la tarde del triunfo de Curro Rivera, con los toros de Atanasio Fernández, Palomo Linares cortó un rabo, también hay que apuntar que se trata de otra efeméride irrepetible hasta ahora, pues ese máximo galardón no se ha vuelto a conceder a nadie desde aquella memorable corrida que desembocó en la destitución del juez de plaza, un tal Antonio Panguas, que cometió, para muchos, el sacrilegio de conceder un rabo.

Mirando más atrás en el tiempo, no hay que olvidar que, de los pocos rabos cortados en la historia de Las Ventas, cuya inauguración data de 1931, el genial Lorenzo Garza cortó uno, el 29 de septiembre de 1935, poco antes de que la ruptura de relaciones con España enviara de regreso a los toreros mexicanos en el año de 1936.

De tal guisa que, a lo largo del tiempo, los nuestros han tenidos una relación intensa con Madrid, no obstante que, desde Eloy en mayo de 1972, y por desgracia, ninguno haya conquistado la hazaña de volver a salir a hombros.

Así que ya va siendo hora de que esta racha negativa concluya cuanto antes por el bien de la Fiesta de México y los toreros que, como en 2022, han salido a entregarse al ruedo de Las Ventas con un gran pundonor, conscientes de la trascendencia de una plaza donde la mayoría del público los recibe con agrado, y valora la variedad y frescura que sus nombres le aportan a determinados carteles.

De aquellos primeros años setenta, con Antonio Lomelín y su recuerdo, pues también atravesó la Puerta Grande tras cortar tres orejas el día de su confirmación, a las tardes de Eloy en el año 71 o a las de Curro y el propio Cavazos en 72, siempre quedará el orgullo de saber que México ha aportado grandes toreros a la tauromaquia mundial, al margen de que varios de ellos no hayan salido a hombros desde entonces.


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