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La gran hazaña de Curro Rivera en Madrid (y III)

Martes, 24 May 2022    Monterrey, N.L.    Martín Banda | Infografía: LM   
Se cumple medio siglo de su resonante triunfo en Las Ventas
La imagen que como torero y primera figura ejercía Curro Rivera en aquella época de los años 70 y 80, marcó no solo a los aficionados sino a los empresarios y toreros que, en su momento, crecieron a su lado, llegando algunos a ser sus ahijados de alternativa.

A 50 años de aquella hazaña y de ser el último torero mexicano en cortar cuatro orejas en una sola tarde en la Monumental de Las Ventas de Madrid, en la Feria de San Isidro de 1972, coinciden que su triunfo no ha sido valorado por las actuales generaciones.

Más que narrar lo que su padrino les podría haber contado de aquella tarde memorable, sus ahijados lo siguen recordando con mucho cariño como es el caso de Jesús "Chuy" Torre quien se siente muy afortunado de haber compartido largas temporadas con el maestro en la ganadería, donde le aprendió mucho.

"Era un hombre muy sencillo, con mucho ángel y carisma. Él hablaba de la temporada de España con una gran satisfacción de todo lo que hizo allá. Es un gran logro de un torero mexicano y debemos darle su reconocimiento como debe ser, porque creo que hemos sido injustos, poca gente lo menciona y no hacen mención a esta hazaña" afirmó.

Víctor Santos, quien tomó la alternativa el día de la despedida de Curro en San Luis, con David Silveti como testigo y toros del propio Rivera, señala que su padrino fue un referente en su carrera

"Mis referentes como torero, por lógica son mis tíos Paco y Salvador Santoyo, pero después mi ídolo a seguir era el maestro Curro, era un referente para todos, un torero fuera de serie.

Para mí fue la última gran figura que tuvimos en España y creo que han sido pocos valorados los triunfos que tuvo allí".

Con Fermín Spínola a Curro lo unía no solo el lazo de padrino–ahijado, sino también el familiar, al ser esposo de su hija Carolina.

"Lo llegué a estimar bastante y considero que no se le ha dado el reconocimiento y la importancia que tiene debido a que el maestro falleció muy joven, pero es un torero de Puerta Grande.  

Para mí es de los toreros que mejores temporadas ha hecho en España y se merece que se le rinda un homenaje por esa tarde que cortó las cuatro orejas en una tarde y que tuvieron que pasar 36 años para que un español, como José Tomás lo hiciera. Al maestro Curro no se le ha rendido realmente la importancia y homenajes, pero bueno, así es la fiesta. Ningún otro torero mexicano desde entonces ha logrado esa hazaña".

Finalmente, Óscar López Rivera, su último ahijado de alternativa la misma tarde que se la concedió a Spínola, el 27 de agosto del 2000 en San Luis Potosí, con toros de Claudio Huerta, dijo que lo hecho por su maestro no hay quien lo iguale.

"Para mí es la máxima figura. Nadie tiene un currículum como el del maestro Curro. Todos te podrán decir que las grandes figuras, pero no tienen comparación.

No se le ha hecho justicia a esa tarde de las cuatro orejas y muchos taurinos no saben del currículo que tenía el maestro Curro, tanto esa tarde como todo lo que hizo en España donde cosechó tres trofeos "Colavidas" en Bilbao. Para que alguien repita eso, pasara todavía mucho tiempo", aseveró el torero regiomontano.

Y la empresa lo reconocería...

Joaquín Guerra, dueño y empresario de la plaza "Fermín Rivera – El Paseo", de San Luis Potosí, era un niño cuando Curro ya era "el torero de San Luis".

"Yo lo vi de niño como figura del toreo y después como empresario. Siempre hubo mucha amistad con mi papá (Joaquín Guerra Morales) y conmigo, y siempre hubo un gran respeto.  

A todo mundo se le olvidan esas cuatro orejas, que no le dieron el rabo porque no se lo iban a dar a un mexicano, pero fue una fecha histórica y es muy fácil pretender decir que no sucedieron así las cosas cuando fue un parteaguas en Madrid.

Siempre me trató muy bien y se lo agradezco. Yo empezaba como empresario y él me trataba con mucha categoría, fue un figurón que hizo historia y necesitamos más como él en la actualidad, con esa personalidad, carisma y calidad humana y taurina", expresó el empresario potosino.

Por su parte, Ricardo García Rojas, novillero en retiro, apoderado y director operativo de la plaza potosina, recordó su etapa novilleril cuando pasó 15 años al lado del maestro.

"Él me llevó mi carrera junto con Polo Meléndez. Yo le preguntaba qué se sentía torear en Madrid y siempre se refirió con un respeto especial para esa plaza. Comentaba que la gente en España lo respetaba de una manera increíble y que él se sentía como lo que era, una figura del toreo y que el haber triunfado tan joven y arrancando su carrera, fue un punto neurálgico para la misma.

Me decía que esa tarde de las cuatro orejas fue muy hermosa y que se sintió muy a gusto. Hablaba de la fiesta con un respeto impresionante y escucharlo hablar de esas cosas fue algo maravilloso para mí.

Joaquín Guerra es una persona muy sensible, su familia estaba muy ligada a la del matador Curro y siempre se llevó una muy buena relación con el abuelo y el papá de Joaquín. No creo que Joaquín no vaya a tener la sensibilidad de reconocer en algún momento, cuando él lo crea prudente, la trayectoria que tuvo el maestro Curro en la fiesta de los toros y en particular esta fecha memorable de las cuatro orejas en Las Ventas", finalizó García Rojas.


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