Tras un largo ayuno volvió la Fiesta Brava a la plaza "Silverio Pérez", en Texcoco, Estado de México, con toda la categoría ya que fue remozada y pintada, para dejarla operativa.
El capitalino José María Mendoza, obtuvo una oreja del quinto, en base a una faena meritoria; mientras que el español Manuel Perera demostró entrega y oficio pero falló con el acero y perdió un trofeo de cada astado.
El francés Lalo de María demostró clase y buen estilo para realizar el toreo pero se fue de vacío, también por fallas al entrar a matar, al grado que su primer ejemplar se le fue vivo, por esa razón.
Se lidió un encierro de la ganadería mexiquense Pastejé, bien presentado, pero que resultó manso, excepto el sexto novillo que se dejó y el último que tuvo calidad e incluso se le premió con arrastre lento.
Abrió plaza José Mari Mendoza, que se estrelló con un astado de escasa bravura y mal estilo que imposibilitó el toreo. Tras haber generado un tumbo al picador, la lidia se complicó y el esfuerzo de José Mari fue en vano, para terminar desdibujado al entrar a matar.
Se repuso y sacó la casta en la lidia del quinto, al que le asestó pases con técnica. Tuvo que aguantarle y porfió hasta que obtuvo tandas meritorias que convencieron a los asistentes. Terminó de estocada para cortar una oreja.
Jussef, quien tiene como virtud conectar rápidamente con los aficionados, se los echó al bolsillo desde que se abrió de capote. Colocó banderillas con alegría y en la muleta se desenvolvió con altibajos, pero despachó al toro de una espectacular estocada, en la que citó al toro de largo, se arrancó desde unos cinco metros de distancia, para lanzarse sobre el morrillo y dejar la toledana en lo alto. Al rodar el novillo, de inmediato consiguió la primera oreja del festejo.
Recibió al sexto con un impasible tancredo, fue variado con el capote, banderillas y muleta. Cuando el ejemplar se puso remiso, hizo gala de recursos para alargar la faena. Volvió a matar al primer viaje para llevarse otra oreja.
El español Manuel Perera demostró porqué fue el líder del escalafón del otro lado del Atlántico en 2021. Sus argumentos taurinos estuvieron muy por encima de la lidia de su lote. Únicamente sus fallos al entrar a matar lo privaron de las orejas.
Al galo Lalo de María se le apreciaron las dos caras de la moneda, pues con en cuarto que dio pocas facilidades, perdió la brújula al entrar a matar y escuchó hasta tres avisos; aunque con el octavo se mostró con un toreo de clase y temple, así cómo con una estructura de faena, pero volvió fallar al oficiar con el estoque y escuchó un aviso.