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El comentario de Juan Antonio de Labra

Jueves, 10 Mar 2022    CDMX    Juan Antonio de Labra | Opinión     
"...Así que los vientos soplan a favor para los novilleros..."
El panorama novilleril actual parece despertar del letargo provocado por la pandemia, y van quedando atrás los festejos que se improvisaron en distintos escenarios del país, siendo muy escasos aquellos donde la seriedad en la organización fue una constante y torearon los novilleros con auténtica proyección.

En cambio, ahora, en este comienzo de año y con la plaza "San Marcos" como buque insignia de la novillería, da la impresión de que algunos empresarios vuelven a fijar la vista en el escalafón menor, y dar su verdadera importancia a la formación de los nuevos valores de la tauromaquia.

El inesperado aliento que supusieron las novilladas ofrecidas en la Plaza México, en las dos etapas de su reapertura, tanto a finales de 2021 como en la Feria de Aniversario, se convirtieron en un excelente escaparate para varios novilleros. Su difusión mediática ha alentado la programación de otros festejos de esta naturaleza en varias plazas del país.

Y si en Aguascalientes ya comenzó la actividad con un relevante triunfo de Arturo Gilio, que en unas cuantas semanas comparecerá en la plaza de Las Ventas de Madrid, también sigue su curso el ciclo de Cadereyta, o el que se está realizando en Palacio del Arte de Morelia, en unos cuantos días más se pondrá en marcha el Certamen Internacional Novilleril en la ciudad de Puebla.

Así que los vientos soplan a favor para los novilleros, ya que además de estos escenarios, existe la inquietud de dar más novilladas en otras plazas, con la intención de abrir oportunidades para los más necesitados, esos soñadores de gloria que, a pesar de las vicisitudes que entraña ser torero, no han abandonado su vocación.

Ojalá que todos estos esfuerzos se lleven a cabo con aquellos novilleros que verdaderamente valgan la pena, y no cartuchos quemados o toreros viejos que sólo buscan pagar por torear para acumular las novilladas exigidas para aspirar a una alternativa que los dejará estériles de toreo, pues difícilmente volverán a torear una vez recibido un abrazo sin merecimientos.

Pero eso fue consecuencia de la pandemia; de que los novillos se estaban rematando a precio de carne y que las plazas donde había novilladas con cierta regularidad permanecían cerradas. Y así fue como surgió, mayoritariamente en 2021, una improvisada "fiesta cortijera" que se ha ido alejando paulatinamente, de la misma manera en que la pandemia ha comenzado a rezagarse de la vida cotidiana, permitiendo el regreso a un estado de normalidad.

Novilleros punteros hay pocos, ciertamente. Sin embargo, hay varios que prometen ir a más conforme se les abran puertas, y sus nombres comiencen a sonar cada vez con más fuerza. La semilla existe, sólo es cuestión de abonarla y regarla, que ya dará sus frutos a mediano plazo.


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