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Adiós al maestro Joaquín Bernadó

Lunes, 21 Feb 2022    CDMX    Juan Antonio de Labra | Foto: Archivo   
El torero catalán fue uno de los más activos en plazas de México
Joaquín Bernadó, el torero catalán más importante de la historia, falleció hoy a los 86 años, y su partida de un gran hueco en el toreo, no sólo por su brillante paso por la fiesta de los toros en sus largos años en activo, sino por su importancia como maestro de varias generaciones de alumnos de la Escuela Taurina de Madrid.

Además, cabe destacar que ha sido uno de los toreros extranjeros que más corridas ha toreado en plazas de México, donde siempre gozó de un gran cartel y del reconocimiento de la afición, que disfrutó sus triunfos a lo largo y ancho del país, con un total de 190 paseíllos, según la cifra ofrecida por nuestro compañeros, el escritor e investigador taurino Xavier González Fisher.

Joaquín Bernardó Bartomeu nació en Santa Coloma de Gramanet, provincia de Barcelona, el 13 de agosto de 1935, y desde pequeño se aficionó a los toros gracias a sus padres, que lo llevaban de la mano a la Monumental de la Ciudad Condal, en una época donde esta plaza, dirigida por don Pedro Balañá, era la que más festejos al año celebraba en toda España.

Su presentación como novillero tuvo lugar en la plaza de Vistalegre de Madrid, la antigua "Chata", localizada en Carabanchel, el 25 de abril de 1953. A partir de ese momento demostró aptitudes que le sirvieron para ir abriéndose camino en la meseta central, pero también en Barcelona, donde hizo pareja novilleril con Antonio Borrero "Chamaco", cuyo estilo contrastaba con la elegancia y clasicismo del maestro Bernadó.

Después de una importante campaña novilleril que incluyó triunfos de relieve, tomó la alternativa en la Feria de Castellón de 1956, precisamente el 4 de marzo, de manos de Antonio Bienvenida como padrino, y Julio Aparicio de testigo. Confirmó la alternativa en Madrid el inmediato 10 de junio, siendo su padrino Mario Carrión, y ante el testimonio de un torero mexicano: Joselito Huerta. En esa ocasión se lidiaron toros de El Pizarral.

A México vino por primera vez en 1962 a torear a la plaza "El Toreo" de Cuatro Caminos (cuatro corridas), donde cuajó al toro "Manzanero", de Coaxamalucan, al que le cortó las orejas tras una rotunda estocada, la tarde del 1 de abril de aquel año. Ratificó su doctorado en la Plaza México meses después, la tarde del 20 de enero de 1963, teniendo como padrino a Antonio del Olivar, en presencia de Santiago Martín "El Viti". El torero de la ceremonia se llamó "Catrín",  pertenecía al hierro de Pastejé.

El 21 de marzo de 1963 formó parte del cartel de la que fue denominada por el empresario don Ignacio García Aceves como "La corrida del siglo", que tuvo lugar en la plaza "El Progreso" de Guadalajara, con toros de San Mateo. Ese día el torero catalán cuajó a "Cubetero", y se sumó al carro de los triunfadores de aquel inolvidable festejo al lado de Manuel Capetillo, Joselito Huerta y Paco Camino.

Una década más tarde, toreó aquella famosa corrida en Aguascalientes del 5 de mayo de 1972, la más pesada que se ha lidiado en la historia, de la ganadería de La Punta, en la plaza "San Marcos". En esa ocasión alternó con Jesús Solórzano y Fabián Ruiz, que lidió a "Candilejo", con 730 kilos sobre los lomos. Los toros que le tocaron en suerte a Joaquín Bernadó fueron "Sombrerero", número 61, con 580 kilos y "Carretero", número 20, con 640 kilos, respectivamente.

Para la Barcelona taurina fue un gran referente, y no en vano toreó unas 250 corridas en una amplio lapso de tiempo, pues fue un torero con una dilatada carrera taurina, hasta que decidió ponerle fin el 25 de septiembre de 1983, cuando toreó una encerrona en la Monumental.

Como no quiso quedarse sin despedir en la Plaza México, se contrató con el doctor Alfonso Gaona ese mismo año de 1983, y así sumó su corrida número 15 en este escenario, donde estoqueó un total de 29 toros, según el dato escrito en su día por el hombre de la estadística, don Luis Ruiz Quiróz. Esa tarde actuó al lado de Mariano Ramos y de Ricardo Sánchez, con toros de Campo Alegre. Resulta curioso observar en dicha estadística, que no cortó orejas en La México debido a sus consabidos fallos con la espada, que fue su talón de Aquiles. Sin embargo, eso no fue impedimento para que, a lo largo el tiempo, afianzara su cartel en la provincia mexicana.

Siete años más tarde tuvo una fugaz reaparición, ya que en 1990 toreó en la Feria de San Isidro, cuando ya contaba 54 años de edad, siendo un de los toreros más veteranos que han hecho el paseíllo en la historia de la plaza de Las Ventas. Fue el 18 de mayo, con toros de Puerto de San Lorenzo, al lado de José Pedro Prados "El Fundi" y Juan Cuéllar.

Fue en esos primeros años noventa cuando ingresó como docente a la Escuela Taurina "Marcial Lalanda" de Madrid, y ahí adiestró a infinidad de alumnos que pasaron por sus manos al estar al frente de uno de los grupos de este centro de enseñanza, en cuya aulas varios alumnos mexicanos gozaron de sus enseñanzas y su trato afable y educado, como es el matador Fabián Barba, que siempre le profesó cariño y admiración.

Su aportación a la tauromaquia, en el rubro de las suertes de muleta, ha sido "la bernadina", hoy en día en boga porque varios son los diestros que la ejecutan con mucha exposición, llevando la muleta a la espalda y dando ventajas a los toros.

También incursionó como comentarista de las transmisiones de Telemadrid, donde aportó su conocimiento sobre tauromaquia con un estilo sencillo y ameno. Y una vez que dejó la escuela, se aquerenció en la localidad madrileña de Canencia la Sierra, donde vivió en paz, rodeado de cariño, y con la admiración y el respecto de los profesionales. Descanse en paz tan ilustre matador de toros y excelente persona.


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