Para David "Vito" Cavazos, el viernes 7 de enero pasado quedará marcado en su calendario como uno de los días más angustiantes que ha vivido, fuera del toro, y que lo llevó a internarse de emergencia en un hospital de Monterrey, de lo que se pensaba era un probable infarto.
Las horas que pasó antes de este suceso fueron "viviendo en torero", en la ganadería de La Playa, donde ayudó a su hermano Eloy con la faena de campo del regiomontano Juan Fernando, quien se prepara para su compromiso en la Plaza México, el próximo domingo 12 de febrero.
Todo había terminado bien para los tres toreros, quienes todavía habían compartido el pan y la sal con el ganadero Luis Quijano antes de emprender el regreso hacia Monterrey, distante 132 kilómetros, casi dos horas de carretera, desde Lampazos de Naranjo, Nuevo León.
Cinco días después, Vito narra lo que vivió y tras saludarlo del otro lado del teléfono con la consigna de que ya no nos ande dando estos sustos, con su jovial alegría nos responde: “no, el más asustado soy yo".
Cuenta que después de pasar un medio día muy bonito en la ganadería, haciendo lo que más le gusta que es torear, lo que vino más tarde fue horrible.
"Me las vi negras, que feo es esto….", dijo.
"Veníamos en la camioneta y a la media hora de haber salido de la ganadería se me cegó la vista casi al completo, no veía nada y me empezó a dar un dolor muy horrible en el pecho y sentía que respiraba a medias".
Dijo que no quiso decirle nada a Eloy, quien conducía el vehículo, ni a Juan Fernando, para no mortificarlos y ocasionar que aceleraran la velocidad en esa carretera que es muy peligrosa.
"Así me vine casi todo el resto del camino y muy apenas llegamos a casa de Eloy. Al llegar a su casa, esa media cuadra que nos separa de la mía, no sé ni cómo llegue, sin ver y muy mareado. Batallé para abrir la puerta, pero en cuanto lo hice me dirigí a donde tengo unas pastillas y luego de tomarla, a los pocos minutos me sentí mejor".
Sin embargo, a los pocos minutos vino otra crisis y su esposa se alarmó. Junto con su hijo menor, lo llevaron de inmediato a la clínica de cardiología.
"Llegué con menos de 23 latidos por minuto y, afortunadamente, todos los doctores que estaban ahí empezaron a checarme y mientras mi esposa daba los datos me metieron de volada un marcapasos temporal.
Después me pusieron un Holter que estaba monitoreando el corazón. Afortunadamente con el paso de las horas vieron que estaba bien, que no necesitaría un marcapasos permanente y detectaron que lo que estaban mal eran los riñones, me subió la creatinina, el potasio y me dicen que se me disparó un poco la glucosa por esta cuestión, pero llegó un momento en que ya mi corazón no aguantaba, por lo que ahora tengo que estar monitoreándolos al cien por ciento, ya con dietas y pastillas para el riñón", agregó.
Vito Cavazos agradeció las muestras de afecto que recibió en estos días que permaneció internado, en la que numerosos aficionados estuvieron al pendiente de su salud: "A todos ellos les mando un abrazo y mi agradecimiento por tantas muestras de afecto", señaló.