El maestro
Jaime Ostos falleció esta mañana mientras se encontraba en Bogotá, disfrutando de unas vacaciones, y su deceso se produjo como consecuencia de un infarto al despertarse, según ha confirmado a los medios españoles su hijo
Jacobo Ostos.
Aunque en los últimos meses la salud de toros había sufrido diversos vaivenes, en las semanas recientes a este viaje, que hizo en compañía de su esposa y su hijo, se sentía con el ánimo de visitar ese país sudamericano para encontrarse con sus amigos, con los que ha pasado días excelentes hasta que le sobrevino este fallo en el corazón.
Jaime Ostos Carmona había nacido en Écija, provincia de Sevilla, el 8 de abril de 1932. Pertenecía a una familia de agricultores, y tras haber terminado su carrera de aviador comercial decidió hacerse torero, actividad con la que ya había tenido contacto en esos años mozos en los que su indómito valor llamaba la atención de los taurinos.
Debutó hace casi 70 años, el 1 de de junio de 1952, en una novillada en la que alternó con Bartolomé Jiménez, y a pesar de que su carrera novilleril tuvo que enfrentar diversos escollo, al cabo de tres más de cuatro años consiguió doctorase en la plaza de Zaragoza, donde el 13 de octubre de 1956, Miguel Báez "Litri", en presencia de Antonio Ordóñez, le cedió la muerte de un toro de la ganadería de Urquijo.
Un par de años después confirmó su alternativa en la plaza de Las Ventas de Madrid, donde hizo el paseíllo el 17 de mayo de 1958. En esa ocasión alternó con Antonio Bienvenida y Gregorio Sánchez. El toro de la ceremonia procedía de la divisa salmantina de Juan Cobaleda.
A base de enjundia, un valor envidiable, una gran contundencia con la espada, Jaime Ostos escaló a los primeros planos del escalafón de matadores. El 17 de julio de 1963 sufrió una cornada gravísima en la plaza de Tarazona, misma que estuvo a punto de costarle la vida, a mitad de una temporada en al que, para entonces, y desde su alternativa, ya había superado las 300 corridas toreadas en un lapso de siete años.
A la Plaza México vino a confirmar el 19 de diciembre de 1965, de manos de Manuel Capetillo y ante la mirada de Manolo Espinosa "Armillita", con toros de Santacilia. El de la ceremonia se llamó "Perla Negra". De hecho, y no obstante que venía precedido con fama de consumado estoqueador, el segundo toro de su lote, de nombre "Delfín" se le fue vivo.
En esta temporada todavía toreó otras dos corridas. La siguiente tuvo lugar el 26 de diciembre, y esa tarde se sacó la espina de la bronca del domingo anterior, ya que cuajó al toro "Minuto", de Reyes Huerta, al que pinchó. Sin embargo, tal impacto había causado la faena que realizó, que el público lo obligó a dar dos vueltas al ruedo.
El 30 de enero de 1966 volvió a comparecer en el coso de Insurgentes, para dar cuenta de una corrida de Zacatepec. Toreó con Manuel Capetillo y Raúl García, y el segundo toro de su lote, llamado "Tornasol" casi regresa vivo a los corrales porque otra vez estuvo mal con la espada y escuchó dos avisos.
Su cartel fue decreciendo al cabo del paso de los años, y poco a poco fue toreando menos y teniendo que tragar las corridas duras de los años setentas. Prolongó su carrera varios años más, pero de manera esporádica, y fue el 1 de noviembre de 1986 cuanto toreó su última tarde, que tuvo lugar en la plaza gaditana de Arcos de la Frontera.
Fuera de los ruedos siempre procuró estar en el ánimo de la gente, y se convirtió en un socialité que aparecía muy seguido en programas de televisión, sobre todo después de su segundo matrimonio, el que tuvo lugar con María de los Ángeles Grajal.
Valiente donde los haya, y muy castigado por los toros, el maestro Jaime Ostos dejó su estela de torero macho ahí por donde pasó, gracias a una acusada personalidad que también le granjeó mucho seguidores en sus mejores años. Descanse en paz.